El colegio Calasancio de Alicante acogió ayer la presentación oficial del proyecto «Escuelas Red21 innoValencia» que integra a los 300 centros católicos concertados de la Comunidad con el propósito de no quedarse atrás en el proceso de innovación educativa en las aulas ya que «la inversión pública nos deja un poco de lado», según indica el coordinador del proyecto, Antonio Cara.

Los centros de Salesianos, Jesuitas, el citado Calasancio y los diocesanos de Valencia intercambiarán la práctica en sus aulas y la formación de los docentes con un «plus», la inclusión en la red de la Universidad CEU, Cardenal Herrera que imparte la titulación de Magisterio tanto en la provincia como en Castellón y Valencia.

«Se ha detectado que la formación de los futuros profesionales de la enseñanza se está quedando fuera de lo que ya empiezan a demandar y necesitan los colegios», que ya trabajan sobre proyectos multidisciplinares y descartan la enseñanza magistral, por lo que desde la Universidad se va a dar asimismo un vuelco en la formación de los titulados de Magisterio, asegura Antonio Cara.

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La red virtual de los centros católicos pretende celebrar incluso claustros universales entre todos los colegios en los que poder compartir cualquier avance educativo y trasladarlo a las aulas.

«Ya no tiene sentido aprender solo conocimientos, hay que saber cómo aplicarlos, y hay que ayudar a los profesores a transformar el proyecto curricular que tienen delante, para que las matemáticas dejen de ser aburridas y, por lo mismo, un fracaso escolar», destaca Cara.

Está previsto que alumnos de Magisterio del CEU «puedan ser destinados a las escuelas que quiera innovar para actuar como asistentes de innovación, profesionales extra que al mismo tiempo se van formando», añaden los responsables.

Estas escuelas buscan la «erradicación de la formación academicista de los niños, con pedagogías lejanas a las activas del siglo XXI».

También prevén trabajar hacia una «sociedad inclusiva, con materiales que faciliten la integración de alumnos con discapacidad, que es una de las asignaturas pendientes de los centros escolares», señalaron. El proyecto se difunde entre todos los centros católicos concertados para promover el cambio en todos ellos.

Escuelas Católicas de la Comunidad también ha firmado un convenio de colaboración con el Grupo Anaya, en el mismo marco de la Red21 para promover y apoyar el desarrollo de la educación en esta línea y conformar la citada red de centros innovadores.

Los docentes y las buenas prácticas, tanto de carater organizativo como de metodologías se es consciente de que potenciará la calidad educativa de las escuelas católicas concertadas desde el foco de la innovación, como destacaron los responsables.