Más de 700.000 mariquitas luchan contra los pulgones de las jacarandas de Alicante para intentar acabar con ellos, y por consiguiente, con la melaza que segregan, que tanto ensucia las calles y los coches. Se trata de un tratamiento biológico que se está probando en una parte del arbolado de esta especie propia de la América intertropical y subtropical que tiene una llamativa flor morada y da mucha sombra, pero que, por el clima a esta orilla del Mediterráneo, atrae a las plagas.

La principal es la del pulgón, que segrega una especie de resina (es su excremento) que trae de cabeza también a los servicios de limpieza. Al llegar el calor, comienza a caer la flor, que no tendría mayor problema que el barrerla, y se infestan de pulgones. «Estamos haciendo pruebas con este tratamiento biológico y está funcionando bastante bien en los PAUs 2, 4 y 5, y en varias avenidas del Pla, y la intención es extenderla para el próximo año a toda la ciudad», explica el concejal de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, de Guanyar. En Alicante hay más de seis mil árboles de jacaranda, plantados en su mayor parte en la época en que era alcalde el popular Luis Díaz Alperi.

En la calle Enrique Madrid, en el Pla, se han colocado las cajitas llenas de mariquitas y para sorpresa de vecinos y comerciantes todo está más limpio. «Son bonitos pero ensucian mucho. Dejan como una miel en la acera, pegajosa. Ahora parece que está mejor, con el tratamiento, pero no queremos más árboles de estos», dijeron algunos vecinos.

Sobre la posibilidad de ir retirando las jacarandas por otras especies en las zonas de mayor tránsito, el concejal de Medio Ambiente explicó que se ha barajado pero no es sencillo por el coste y los inconvenientes de la intervención. «Se trata de mover árboles de grandes dimensiones, y habría que levantar aceras y calzadas para extraer las raíces. Se han encargado informes por si se podría hacer poco a poco una renovación del arbolado pero existe un riesgo importante de mortandad del árbol si se trasplanta».

El edil aseguró que hay turistas extranjeros que vienen a ver las jacarandas de Alicante, donde al árbol sin embargo le cuesta adaptarse. «Con estos tratamientos las consecuencias no son tan visibles para la limpieza y para el ciudadano».

El Ayuntamiento ya reforzó hace dos años el control biológico de las plagas de los árboles de Alicante con la suelta de más de un millón de insectos, entre mariquitas y pequeños mosquitos, para eliminar los bichos invasores de los ficus, las tipuanas, las melias y también de las jacarandas. Según el personal de Parques y Jardines, no es necesario poner cajitas con mariquitas en todas las jacarandas ya que van volando hacia otros árboles a comerse el pulgón.