A menos habitantes, mayor número de viviendas. Esa es la ecuación lineal que seguirá la Comunidad Valenciana durante los próximos 15 años de confirmarse las proyecciones de población y de hogares publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El descenso de la natalidad y el aumento de defunciones, sumado a la reactivación de la construcción y a la reducción paulatina del número de personas que vivirán en cada hogar, están detrás de esta propensión invertida que presidirá la tendencia demográfica y los comportamientos sociales en los próximos tres lustros.
La Comunidad Valenciana perderá 114.990 habitantes hasta el año 2031 de mantenerse la tendencia actual, un descenso demográfico que contrasta con el crecimiento proyectado de viviendas para el mismo periodo de tiempo y que se sitúa más de un punto por encima del descenso de número de habitantes que experimentará el conjunto del Estado. Así, de los 4.932.906 de personas que actualmente residen entre Alicante, Valencia y Castellón se pasará a 4.817.915 dentro de 15 años, lo que supone un descenso relativo del 2,3%. A nivel nacional, esa bajada se reduce hasta el 1,2%, pasando de los 46,4 millones de habitantes que actualmente residen en España a los 45,8 millones que lo harán dentro de 15 años.
El saldo vegetativo -la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones- es una de las aristas sobre las que se asienta el continuo descenso del número de residentes que experimentará la Comunidad Valenciana. El pasado año, en 2015, se registraron 1.009 muertes más que alumbramientos. Este saldo negativo alcanzará la cifra de -14.992 en el año 2030, lo que representa un aumento negativo de más del 30%.
Esta tendencia a la baja que recoge el INE en su estudio «Proyecciones de Población» se rompe en lo que respecta al saldo migratorio proyectado con el extranjero. Contrariamente a lo que sucede en la actualidad, el número de inmigrantes que recibirá la Comunidad Valenciana será superior al del número de emigrantes que abandonarán la región para marcharse a vivir al extranjero, arrojando un saldo positivo de 4.080 personas en 2030 por las -5.818 registradas el pasado 2015.
Por su parte, el saldo migratorio interautonómico apenas arroja valores significativos: se pasará de +58 personas en el año 2015 a +803 en 2030.
La pérdida de población que experimentará la Comunidad Valenciana se hará extensible a la mayaría de autonomías, siendo Murcia, Madrid, Canarias, Baleares y Cataluña, junto a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, las únicas que ganarían habitantes entre el año 2016 y el 2031. Asturias (-11,1%), Castilla y León (-10,7%) y Galicia (-8,5%) registrarían los mayores descensos relativos de población.
Nuevas tendencias sociales
La reducción del número de personas que habitarán la Comunidad dentro de 15 años contrasta con el crecimiento que experimentará el número de viviendas. De los 2.000.016 hogares censados en 2016 se pasará a 2.035. 295 en 2.031, un aumento de 35.279 viviendas que se traduce en un incremento relativo del 1,8%.
De acuerdo con las previsiones del INE, este auge de la construcción irá acompañado por una reducción del número de habitantes por vivienda. Actualmente, cada domicilio está ocupado de media por 2,45% personas. En 2031, esta cifra se reducirá hasta las 2,34 habitantes por piso. Sin embargo, el cambio más significativo se producirá en el porcentaje de hogares unipersonales, que pasarán a representar el 29,3% del total frente al 25,9% actual, siendo los que mostrarán un mayor incremento en términos absolutos y relativos.
