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¡Cuánto estrés en vacaciones!

Los expertos aconsejan no planificar el mes de descanso en función de los hijos

¡Cuánto estrés en vacaciones!

Nos pasamos el año desando que lleguen, pero las vacaciones pueden convertirse en una fuente de estrés y ansiedad. No en vano, septiembre es el mes en el que más rupturas de pareja se producen y por algo se han acuñado expresiones como «desear volver al trabajo volver al trabajopara descansar» o «vacaciones para relajarse de las vacaciones».

Pero, ¿qué tiene el mes soñado para que muchas personas lo terminen al borde de un ataque de nervios? Para José Antonio López, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, la clave está en el tipo de vacaciones que organicemos. «Hay parejas que no se llevan muy bien y que durante el año apenas se ven porque están todo el día en sus respectivos trabajos y los niños en los colegios. Pero de repente llega el mes de vacaciones y, de apenas verse, pasan a estar juntos casi las 24 horas del día, por lo que inevitablemente surgen las tensiones».

Tampoco para los abuelos esta época es idílica. Con sus hijos trabajando la mitad del verano, y sin colegio, ahora más que nunca tienen que hacerse cargo de los nietos.

Pero no sólo las familias o los abuelos pueden sucumbir al estrés vacacional. «Hay personas que llenan su agenda en verano de obligaciones, por lo que cambian el "tengo que..." del trabajo por el "tengo que..." de las vacaciones». Llevar el coche al taller, ir al dentista, hacer una reforma en casa... en demasiadas ocasiones la época de descanso se convierte en el momento para hacer todo aquello que por falta de tiempo vamos relegando en invierno... un grave error.

Después de un año entero trabajando, sobre las vacaciones también volcamos un sinfín de expectativas que, de no cumplirse, nos llevan a desarrollar una enorme frustración personal. Durante el mes de vacaciones, asegura López, «queremos leer 14 libros, ir todos los días a la playa, ponernos súper morenos, en forma y comer en 20 restaurantes que nos han recomendado, sin tener en cuenta además que medio país está de vacaciones y no has previsto que tardan dos horas en atenderte en el chiringuito y que en la playa apenas hay hueco para poner la toalla».

Para no llegar a septiembre a golpe de ansiolítico, expertos como Ana Carbonell, psicóloga especialista en psicología clínica, dan algunos consejos. «Hay que instalarse en el aquí y ahora y tener flexibilidad ante los imprevistos, porque por muy bien que hayas planificado tus vacaciones, siempre surgen imprevistos». Tampoco conviene tener una alta expectativa del mes de descanso, «es mejor pensar que todo lo que necesitamos para ser felices está a nuestro alrededor». Dejar tiempo para hacer cosas que nos gusten y no organizar todas las vacaciones en función de los niños es otro consejo que aporta José Antonio López, para quien los campamentos de verano son una buena fórmula para que toda la familia desconecte y disfrute de estos días de merecido descanso.

Por otro lado, el verano también lleva aparejado un aumento de los trastornos del sueño. Entre los factores que influyen está la exposición a la luz solar. «En verano estamos más horas expuestos y más cerca de la noche, lo que dificulta que conciliemos el sueño», afirma Sheila Picorelli, neurofisióloga del Hospital de Orihuela. Tener unos horarios fijos para las comidas ayuda a dormir mejor, «algo que en verano no sucede».

Y aunque es cierto que en julio o agosto no tenemos el estrés laboral, «tenemos el estrés vital que impone la playa, el chiringuito, salir con los amigos...».

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