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La falta de uso de anticonceptivos está detrás de casi la mitad de los abortos

La formación sexual sigue sin llegar de manera efectiva a toda la población

La falta de uso de anticonceptivos está detrás de casi la mitad de los abortos que se practican en la provincia, según el último informe elaborado por el Ministerio de Sanidad, con datos de 2014. La estadística señala que, de las 3.642 mujeres que a lo largo del año interrumpieron su embarazo de manera voluntaria en la demarcación, 1.474 dijeron no utilizar de manera habitual métodos de prevención, lo que supone un 40,5% del total. El porcentaje es prácticamente el mismo que el del año anterior, en el que 1.632 de las 3.982 mujeres en esta situación no utilizaban ningún anticonceptivo.

Así, el número de interrupciones voluntarias del embarazo en la provincia ha descendido un 8,5% en un año, pero el dato de la falta de uso de anticonceptivos denota que las políticas de educación sexual no terminan de tener una total efectividad entre la población. También hay otros datos que apuntan en este mismo sentido, como el hecho de que 470 de las mujeres que abortaron en 2014 eran jóvenes de entre 15 y 19 años, y otras 19 ni siquiera habían cumplido los 15 años. Asimismo, 938 mujeres -una de cada cuatro- ya se habían sometido anteriormente a otro aborto, y otras 261 lo habían hecho dos veces; para 16 era al menos su sexta ocasión.

El hecho de someterse en más de una ocasión a un aborto, no obstante, también podría atribuirse a otros factores de tipo social. La misma posibilidad se podría dar en el caso de las mujeres que interrumpen su embarazo pero que ya tienen hijos. Ésa era, de hecho, la situación de más de la mitad de quienes abortaron en 2014; casi un millar de estas personas ya tenían un vástago, y más de 700 contaban con dos, mientras que otras 300 tenían ya familia numerosa. La estadística de Sanidad no incluye, desglosados por provincias, datos acerca de si hay cuestiones de tipo social que de alguna forma lleven a la decisión de interrumpir la gestación, pero es presumible que existan casos donde el hecho de no desear un embarazo se deba más a la situación económica.

Desempleadas y estudiantes

Por autonomías sí se especifica la situación laboral de la mujer que toma esta decisión; en la Comunidad Valenciana, una cuarta parte -2.176 de 8.273- estaban desempleadas, y otras más de 1.000 eran estudiantes. No obstante, el mayor colectivo es el de las trabajadoras por cuenta ajena (3.568). Por otra parte, la edad también podría ser un factor determinante a la hora de abortar, por cualquier motivo que aconsejara evitar una maternidad tardía; 225 de las mujeres que interrumpieron su embarazo en la provincia en 2014 tenían entre 40 y 44 años, y otras 19 al menos 45.

De cualquier forma, lo que sí deja claro el Ministerio es que los centros sanitarios públicos son, con diferencia, los lugares a los que se acude con más frecuencia para informarse en estos casos. La vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Alicante, Montserrat Angulo, destaca en este sentido el papel de los centros de planificación familiar, echando en falta que no haya un mayor número de ellos, y que las profesionales, sobre todo las matronas con formación específica en esta materia, «no puedan actuar más y de manera más accesible». Desde su punto de vista, el problema es que la educación sexual «ha avanzado mucho, pero no lo suficiente, porque se sigue llegando tarde» con frecuencia, y se producen muchos embarazos no deseados.

Angulo explica que, en estos momentos, la educación sexual a los adolescentes en los institutos se suele ceñir a un programa desarrollado por la Conselleria de Sanidad y dirigido a estudiantes de 3º de ESO, pero que para realizarse debe ser solicitado por el propio centro educativo. No todos lo hacen, señala, «por distintos motivos». Además, hay que tener en cuenta que a los adolescentes «viene a hablarles un profesional desconocido», lo cual, unido al factor del comportamiento propio de la edad, puede hacer que los jóvenes no presten excesiva atención a los mensajes que se les trasladan.

La vicepresidenta del Colegio de Enfermería considera que la educación sexual «debería ser una cuestión transversal e impartirse ya desde la escuela». Angulo incide en que «somos seres sexuados, y deberíamos entender la sexualidad como una faceta importante de la vida», de manera que sobre todo los más jóvenes actuaran «con la madurez y la responsabilidad de saber lo que hacen». En este sentido, no sólo alude al riesgo de embarazos no deseados, sino también a la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual por una falta de prevención.

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