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Inglés de nivel con nativos

Erasmus universitarios revolucionan el aprendizaje de idiomas en el colegio Calasancio en alumnos desde 11 a 15 años

Inglés de nivel con nativos

«Lo único que les falta es perder el miedo a hablar porque conocen muchas palabras y verbos. Siguiendo las clases de sus profesores que me envían el día antes, preparo actividades en clases para que se suelten». Fany Guillemot comparte junto a Georgia Pracey clases voluntarias en el colegio Calasancio para niños desde quinto curso a cuarto de Secundaria, de 11 a 15 años, «para que se suelten. Les hablamos todo el tiempo en inglés y el contacto resulta más personal porque compartimos el aula con el propio profesor». Fany, francesa, se fue a los 18 años a Londres y allí se quedó. Estudia Gestión de Turismo Internacional y por sus buenas notas le han concedido la beca Erasmus por unos meses en la UA. Dice que no le importa no cobrar, que lo más importante es la experiencia y que mejora mucho más su español también. «Es una forma de hacer algo diferente como Erasmus y de aprender».

Le asombra el nivel de Inglés que tienen los niños, «mucho mejor que el que tenía yo a su edad, pero no se atreven a hablar y para eso estamos aquí. Hay que estar cerca de ellos y abrir su inquietud. Me preguntan mucho sobre Francia y Londres, yo les pregunto por su familia, y todos aprendemos».

Georgia, de Liverpool, estudia Traducción e Interpretación en la UA y vive la iniciativa como una práctica de su futura profesión.

Otras realidades

La iniciativa de este intercambio de conocimientos partió de Lorena Blaya, miembro de la asociación de Erasmus en la UA sin ánimo de lucro. «Trabajamos como guías de los Erasmus a nivel internacional, les ayudamos a asentarse en el país y difundimos la cultura española, además de que con su presencia en las aulas los niños eliminan cualquier estereotipo sobre otras realidades. Les llama mucho la atención todo lo que les cuentan sobre sus países de origen y lo hacen en inglés».

Asegura que se sigue el temario que corresponde a cada cursos pero que se añaden «las propuestas dinámicas de los Erasmus y al duplicar el ala entre los dos, el estudiante extranjero y el profesor de aquí, se avanza mucho más».

Hasta ahora los Erasmus se habían limitado a hacer actividades puntuales generalmente culturales, pero el colegio los ha integrado como ayudantes de conversación a través del voluntariado de la asociación universitaria. «Abren a los chicos las puertas a Europa tanto como sus mentes». Admiten que tampoco es que se vayan a hacer milagros con el idioma, «pero avanzan muchísimo y se les despierta el interés real por los idiomas, que es vital», recalca Lorena.

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