El cambio climático provocará en las próximas tres décadas una brusca subida de las temperaturas en la provincia, que alcanzarán niveles del norte de África, con 40 grados centígrados, y también originará precipitaciones torrenciales.
Así lo predice el informe «Cambio Climático en Europa 1950-2050: percepción e impactos», realizado por el investigador Jonathan Gómez Cantero, geógrafo y climatólogo (Universidad Autónoma de Madrid y máster de la Universidad de Alicante) especializado en el estudio de desastres naturales y riesgos ambientales.
El climatólogo, que recoge los impactos y cambios generales que ha provocado el calentamiento global desde el año 1950 hasta la actualidad, más las perspectivas previstas para 2050, ha contado para este trabajo con cientos de informes científicos y conclusiones de congresos internacionales.
El informe presentado por Equo constata que la Unión Europea se ha puesto como objetivo no superar los 2 grados de aumento de la temperatura media para 2050, pero para cumplirlo es necesario reducir las emisiones de gases contaminantes. Un incremento de temperaturas producirá cambios en el clima «trascendentales», con olas de calor constantes y episodios puntuales de calor extremo todavía más fuertes.
«La zona sur de Europa pasará a tener un clima árido similar al del norte de África, y el de la zona norte de Europa pasará a ser mediterráneo», sostiene el informe. De hecho, «el clima de verano de ciudades como Madrid, Alicante, Nápoles, Roma o Atenas sería similar al que hoy en día se tiene en El Cairo, con temperaturas nocturnas extremadamente altas».
Plagas de medusas
Otro de los efectos del cambio climático se producirá en el mar, donde las plagas de medusas de las costas serán más frecuentes en los próximos años por la mayor salinidad y temperatura del agua, mientras que la tendencia a la baja de las precipitaciones provocará que cuencas hidrográficas como la del Segura lleguen al 27 por ciento de sus recursos hídricos.
El climatólogo explicó otras consecuencias directas del aumento de la temperatura: cambios en la migración de las aves por inviernos más cálidos, pérdida de cultivos que se secan, más desastres naturales o aparición de especies invasoras más habituales de climas tropicales.
