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La cosecha de almendra alcanzará el millón y medio de kilos tras dos años marcados por las heladas y la sequía

El sector provincial confía en completar una buena campaña que le permita resarcirse de los discretos resultados de los ejercicios anteriores

La floración de los almendros se ha retrasado este año, lo que reduce los riesgos en materia de heladas. juani ruz

El sector de la almendra espera una buena cosecha en la provincia, de alrededor de un millón y medio de kilos, tras dos años marcados por las heladas y la sequía. El retraso en la floración ha reducido los riesgos que genera el frío, y las lluvias registradas a principios de año y las de esta semana están contribuyendo a paliar el déficit de los meses anteriores.

El sector de la almendra viene de dos años de resultados poco menos que discretos.

El primero estuvo marcado por las heladas, que redujeron de forma ostensible la producción, y el segundo y último por la fuerte sequía. De hecho, 2014 pudo haber sido el de la «cosecha del siglo» en palabras de los propios agricultores, lo que hubiese supuesto alcanzar los dos millones de kilos, pero la ausencia casi total de precipitaciones acabó reduciéndola a la mitad.

En la actualidad los almendros se encuentran en pleno proceso de floración, un período decisivo en el que ya se empieza a vislumbrar por dónde irá la campaña. El director de la Cooperativa La Trencadora de Castalla, Ángel Mollá, que aglutina la mayor parte de la producción provincial, manifestaba que «aunque todavía es pronto para realizar previsiones, de momento las perspectivas son más optimistas de lo que cabía esperar después de un año que ha estado tan marcado por la sequía».

De entrada, las precipitaciones registradas a principios del ejercicio actual «han contribuido a aliviar la situación casi límite en la que se encontraban los árboles», al igual que las que se están produciendo esta semana. Con todo, Mollá destacaba que «lo ideal también sería que lloviera en mayo de forma destacada, porque de esta forma ya aseguraríamos más la cosecha y podríamos estar más tranquilos».

Otro factor que contribuye al optimismo es el retraso en la floración, casi un mes más tarde de lo habitual. «Esa circunstancia elimina los riesgos de heladas, si bien es verdad que cada vez la gente se decanta por plantar variedades de ciclo corto, que florecen más tarde y garantizan una cosecha mantenida en el tiempo. Además, están exentas de almendra amarga, con lo que todo son ventajas, argumentó a este diario el responsable de la cooperativa.

Partiendo de estas bases, todo parece indicar que la producción de esta campaña será mejor que la de los dos últimos años y que «podremos llegar a un millón y medio de kilos, siempre y cuando, insisto, las condiciones meteorológicas sean las adecuadas de aquí al inicio de la recolección y no se produzca ningún contratiempo».

Buenos precios

En lo que respecta a los precios, Mollá indicaba que «no están mal. Estamos en la senda favorable y vuelve a ser un poco rentable cultivar almendras. Se da la circunstancia de que algunos países, este es el caso de Estados Unidos, han llevado a cabo campañas para fomentar el consumo de este producto con una respuesta muy buena por parte de la población, lo que ha dado lugar a que ahora mismo haya más demanda que oferta. Eso, sin duda, resulta beneficioso para el sector, que había pasado por unas temporadas ciertamente complicadas debido a que los precios llegaron a estar muy bajos».

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