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Salvamento

Bomberos al rescate

El grupo especializado del Consorcio Provincial ha realizado más de 1.300 intervenciones desde que comenzó a operar hace diez años

Simulacro de rescate en el Barranquet de Alcoy. INFORMACIÓN

El grupo de rescate del Consorcio Provincial de Bomberos cumple diez años y lo hace con nada menos que 1.300 intervenciones en su haber. Compuesto por un total de 25 integrantes, realizan 300 horas de prácticas anuales en lugares especialmente conflictivos desde el punto de vista de los accidentes. Las Marinas Alta y Baixa, l'Alcoià y El Comtat son las comarcas que registran un mayor número de incidentes, habiéndose incrementado desde el inicio de la crisis los relacionados con senderismo frente a otras actividad que resultan más caras para los que las practican.

Si bien los bomberos siempre han llevado a cabo rescates cuando las circunstancias así lo han requerido, fue hace diez años cuando se decidió montar un grupo especializado con el objetivo de atender de la mejor forma posible este tipo de incidencias. Integrado por 25 efectivos pertenecientes a los 12 parques existentes en la provincia, atesora ya una larga y fructífera trayectoria, con alrededor de 1.300 intervenciones.

El responsable del grupo, Salva Luque, explicaba que «nacemos de la necesidad que implicaba la elevada cantidad de accidentes que se producían en la provincia de Alicante, relacionados la mayoría con actividades como el senderismo, el barranquismo, el ciclismo, la espeleología o la escalada. Hay que tener en cuenta que estamos en un territorio idóneo para practicar este tipo de deportes, y que por tanto es lógico que se produzcan percances con mayor o menor asiduidad».

Los bomberos que integran el grupo son, en líneas generales, aficionados a la montaña, y llevan a cabo una preparación específica para hacer frente en condiciones adecuadas a todo tipo de situaciones. «Tenemos que mantener unas condiciones físicas y técnicas idóneas, dominar este tipo de prácticas deportivas y estar capacitados para prestar asistencia sanitaria en situaciones difíciles», argumentó Luque.

Es por ello por lo que los bomberos realizan prácticas todo el año, a razón de unas 300 horas en total. Según el responsable, «intentamos adaptar las actividades a las necesidades de formación de los componentes del grupo». Las prácticas, además, se llevan a cabo en lugares que suelen ser conflictivos desde el punto de vista de los accidentes, como es el caso del Barranquet de Soler de Alcoy, el Avenc Ample de la Vall d'Ebo, el barranco de Bolulla o la sima de Elda, entre otros. También se llevan a cabo actividades fuera de la provincia, como en las cuevas de los Picos de Europa, el río Mundo o el Pirineo. «De lo que se trata -enfatizó- es de estar preparados de la mejor forma posible».

El grupo dispone de un helicóptero con base en San Vicente del Raspeig con presencia permanente de dos rescatadores y un sanitario, al objeto de poder intervenir en menos de 30 minutos en cualquier punto de la provincia.

Aunque se producen accidentes en cualquier lugar, los territorios más conflictivos son las Marinas Alta y Baixa, l'Alcoià y El Comtat, y de forma específica enclaves como el Barranc de l'Infern en la Vall d'Ebo, el Puig Campana o las numerosas sendas existentes en las comarcas antes descritas.

Se trata de los lugares más montañosos y con mayor número de barrancos, y por tanto donde se llevan a cabo más prácticas deportivas. «Además -añadió Luque-, hay que tener en cuenta que nos encontramos en una provincia privilegiada desde el punto de vista de la climatología, con lo que la gente sale a la montaña prácticamente los 365 días del año».

Las fracturas de huesos o los esguinces se llevan la palma en lo que respecta a la necesidad de rescates.

Con todo, Salva Luque destacaba que el tipo de accidentes ha variado con motivo de la crisis. «Ahora son más habituales los relacionados con el senderismo, frente a otras prácticas deportivas que requieren de una mayor inversión económica en material».

Pese a los cerca de 130 rescates que se llevan a cabo a lo largo de un año, el responsable del grupo considera que no hay tantas imprudencias como se pudiera pensar. Según sus palabras, «cada día hay más conciencia de que hay que estar preparado para realizar según que prácticas, y también de que nuestro servicio ocasiona un gasto a la sociedad».

En relación a este último asunto, Luque quiso desmentir el bulo de que todas las actuaciones que realiza el grupo de rescate se cobran. «Como en cualquier otro servicio -aclaraba-, tenemos unas tasas. Pero sólo se pueden cobrar los servicios cuando suceden percances en lugares que están señalizados como peligrosos, cuando el accidentado no lleva el material adecuado para la actividad que está llevando a cabo, o cuando se trata de falsos avisos que hacen que el grupo se tenga que desplazar sin necesidad».

Este tipo de supuestos, en conjunto, «son muy pocos, porque insisto en que la gente está bastante concienciada y en líneas generales sabe lo que se hace», enfatizó.

Aparte de este tipo de rescates, el grupo especializado del Consorcio Provincial de Bomberos también realiza tareas de apoyo en el entorno urbano, en casos como derrumbes que precisan de la localización y salvamento de posibles víctimas que hayan quedado sepultadas debajo de los escombros.

El balance tras diez años de funcionamiento es positivo, merced a un equipo de profesionales que día tras día se esfuerza por estar preparado y actuar de manera efectiva.

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