El servicio de cafetería de casi una treintena de institutos de Secundaria de la provincia, que suman más de 15.000 alumnos, está en el aire por la desidia de Educación. Hace dos años que está pendiente el cambio del actual pliego de condiciones para la adjudicación de las cantinas con el objetivo de adecuarlo a la legislación europea, pero esta es la hora en la que no se dispone todavía del nuevo reglamento y las cantinas se están viendo obligadas a cerrar.
Desde la conselleria aseguraron ayer a este diario que la publicación del nuevo pliego es inminente, que lo están revisando los servicios jurídicos, pero mientras tanto la contrata de todas estas cantinas va llegando a su término, así como las dos prórrogas de un año cada una a las que tienen derecho y que ya han concluido, de ahí el obligado cierre.
Hace una semana tuvo que cerrar la del Instituto Doctor Balmis de Alicante y este jueves tendrá que hacer lo propio la del Instituto Cabo de las Huertas, en la zona de las playas, pero la medida afecta a muchos otros: el de Agost; Gran Vía y Las Lomas de Alicante; Altaia de Altea; La Nía de Aspe; Broseta de Banyeres; IES Benejúzar; Beatriu Fajardo de Benidorm; Josep Iborra de Benissa; Vega Baja de Callosa de Segura; Clot de I'llot de El Campello; Enric Valor de Castalla; número 3 de Dènia; La Foia de Ibi; IES de La Nucía; Las Norias de Monforte; La Mola de Novelda; Poeta Paco Mollá de Petrer; Thíar de Pilar de la Horadada; Los Alcores de San Miguel de Salinas; Gaia de Sant Vicent del Raspeig; Mare Nostrum de Torrevieja; y número 1 de Xàbia; además del Conservatorio de Música Elda y la Escuela de Idiomas de Torrevieja.
Sin ampliación
Desde los institutos aseguran haber solicitado por escrito una prórroga extraordinaria o algún tipo de contrato de obra menor para evitar el cierre temporal de un servicio que consideran fundamental, pero la negativa de Educación ha sido contundente. «Llegado el día de finalización de contrato, hay que cerrar», admiten en el IES Cabo de las Huertas.
Los estudiantes, sumamente molestos, han organizado algunas protestas internas porque, según dónde se encuentre el instituto y sus características o dotación de conserjes, sin la cantina no pueden salir a tomar algo en toda la mañana. Hace cuatro años se cambiaron los pliegos de concesión de este servicio estableciendo un criterio de selección que prima el beneficio económico y otra treintena de cantinas en los centros educativos cambió de manos.
