Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sanidad

Investigadores hallan una nueva bacteria que combate la caries

El biólogo alicantino Alejandro Mira lidera el estudio de una fundación del Consell

Investigadores hallan una nueva bacteria que combate la caries

¿Por qué hay gente que jamás ha tenido caries? Esta pregunta fue el punto de partida para que Alejandro Mira comenzase una investigación que casi seis años después arroja resultados. El equipo que lidera este biólogo alicantino ha descubierto una nueva bacteria, hasta ahora desconocida para la ciencia, que disminuye entre 3 y 10 veces la producción del ácido que provoca la caries. Ya se han iniciado los contactos con empresas de alimentación y de higiene bucal para el uso de esta bacteria, por ejemplo en chicles o colutorios.

Alejandro Mira trabaja en Valencia para la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio), perteneciente a la Conselleria de Sanidad y propietaria del descubrimiento. La investigación arrancó en 2008 «cuando realizamos el primer estudio de ADN de la placa dental bacteriana y vimos que las personas sin caries podían tener en su placa dental nuevas especies de bacterias, las cuales no aparecían en personas con caries». Un año después, añade Mira, «logramos cultivar la bacteria y los ensayos mostraron que desplaza a algunas de las bacterias cariogénicas». En 2010 «secuenciamos el genoma de la bacteria y confirmamos que se trata de una nueva especie para la ciencia. La bautizamos "Streptococcus dentisani"».

En estos momentos, según explican desde Fisabio, «estamos en contacto con diversas empresas del sector alimentario y de higiene bucal». En este sentido, se esta estudiando «el vehículo apropiado que nos permita utilizar esta bacteria como un probiótico y añadirlo a un alimento, que podría ser un comprimido masticable similar a un chicle, un producto lácteo, o incluso un enjuague bucal». Una de las mayores dificultades es que la bacteria debe estar viva «para poder ejercer su función, y que la forma de administración optimice el contacto con el diente».

Actualmente se están haciendo pruebas para estudiar cuál es la dosis apropiada, durante cuánto tiempo debería actuar y comprobar si realmente estas bacterias son capaces de asentarse sobre el diente donde habitan varios cientos de otras especies e impedir que crezcan las bacterias que causan la caries. Es importante que el probiótico «tenga un contacto con la superficie dental lo más prolongado posible para que ejerza la función sobre el biofilm supragingival e interfiera en el ambiente ácido que genera la biopelícula propia de esta enfermedad dental».

El objetivo es que esta bacteria se incorpore a un producto «de bajo coste para que la mayor parte de la población pueda acceder a él». Para ello «tenemos que optimizar el proceso de producción a escala industrial, a fin de que el producto final sea barato de producir». Y es que, según recuerda Alejandro Mira, la caries «es la enfermedad infecciosa más extendida del mundo, ya que afecta al 80%-90% de la población». Por eso, está convencido de que el producto que salga de su laboratorio «puede reducir en gran medida la incidencia de la caries».

Alejandro Mira estudió Ciencias Biológicas en la Universidad de Alicante, realizó su doctorado en la Universidad de Oxford y realizó estancias postdoctorales en EEUU y Suecia. Aunque lleva desde 2008 trabajando en Valencia, sus pasos iniciales en el mundo de la investigación lo llevaron a trabajar nueve años en el extranjero. Una experiencia «dura a nivel personal», pero con ventajas «a nivel profesional», explica este investigador alicantino.

En un momento en el que la ciencia está pagando los platos rotos de la crisis, Mira entiende a la perfección a aquellos investigadores que deciden marcharse «y que no tienen la suerte que tengo yo de poder desarrollar mi trabajo en casa». Un éxodo «de consecuencias catastróficas para el futuro de nuestro país». La innovación, añade, «es el futuro de nuestra economía, así que invertir en ciencia es invertir en futuro».

Compartir el artículo

stats