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La venta ilegal de bebidas en las playas se prolonga al otoño

Los vendedores de sangría aprovechan el buen tiempo y la falta de vigilancia policial

La venta ilegal de bebidas en las playas se prolonga al otoño

Las familias que se dedican a la venta ilegal de bebidas en las playas alicantinas están haciendo su agosto en octubre puesto que mantienen esta actividad sin control sanitario ni regulación pese a que el verano ya terminó aprovechando la presencia de turistas por el buen tiempo y la falta de vigilancia sobre la arena. El dispositivo especial de la temporada estival, que este año incluía perros policía y agentes de incógnito, se levantó a mitad de septiembre.

Los vendedores van sin esconderse por el Postiguet ofreciendo la bebida y preparando los cócteles in situ para entregárselos al cliente, actuación que despierta desde hace varios veranos las quejas de los bares de la zona. Los trabajadores los han visto incluso enterrar neveras llenas de productos en la arena, que cubren con toallas cuando ven acercarse a algún policía, por lo que, pese a que durante el verano les requisan miles de litros de bebida y les imponen multas hasta 3.000 euros, la venta ambulante ilegal prosigue en otoño.

Empleados de los chiringuitos explicaron ayer que «es algo que nunca se acaba, por la forma en que tratan este fenómeno. La Policía va, les llama la atención, se van, se llevan las bebidas y vuelven porque los agentes no pueden estar las 24 horas. Este verano ha sido el no va más». Desde los bares destacaron que en septiembre y octubre ha seguido la venta ilegal, coincidiendo con que la vigilancia policial sobre la arena se levantó con el fin de la campaña turística de verano, como confirmó la Concejalía de Seguridad. «Ahora que la Policía está en los colegios, vienen cada 10 minutos. Para nosotros es como una enfermedad incurable, son clanes familiares que con dos horas hacen su agosto».

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