El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de poner cifras al impacto que está teniendo la crisis económica en el gasto anual de las familias. Según se desprende de la Encuesta de Presupuestos Familiares, los hogares de la Comunidad han reducido sus compras de manera considerable a lo largo de los últimos cinco años. En 2008, primer año completo de turbulencias, las familias valencianas gastaron de media 29.464,44 euros. En 2012, hasta ahora el ejercicio más duro de la crisis, esa cifra menguó hasta los 26.036, 74 euros. La caída alcanza el 11,6%.
Varios motivos explican ese desplome. El primero, el desempleo. La Comunidad cerró 2008 con un total de 357.824 parados. De ellos, 150.608 residían en la provincia. El pasado año, por su parte, la autonomía alcanzó los 569.735 ciudadanos sin trabajo, mientras que en Alicante se contabilizaron 226.227. Además, la última Encuesta de Población Activa (EPA) revela que al finalizar el primer trimestre de este año, un total de 119.100 núcleos familiares de la Comunidad no contaban con ningún tipo de ingreso. La pérdida de fondos, por tanto, es la principal causa del hundimiento del gasto. Pero no la única.
Fuentes bancarias confirmaron ayer que a lo largo de los últimos años, sus clientes han intentado ahorrar en la medida de lo posible por si la crisis se prolongaba y algún miembro de la familia era despedido. «Por supuesto que se ha contenido el gasto», sentencian. Y añaden: «Y por lo que vemos, seguirá conteniéndose durante algún tiempo más».
El INE constata esas palabras con cifras. La Encuesta de Presupuestos Familiares, con periodicidad anual, revela que los hogares de la Comunidad han reducido el gasto en todas las áreas... excepto en una: la vivienda. Los recortes no son precisamente leves. Y donde más se dejan notar es en los artículos de vestir y el calzado. Si en 2008 los núcleos familiares gastaron de media 1.853,3 euros para adquirir ropa y zapatos, el pasado año «sólo» destinaron 1.281,84 euros. Casi 600 menos. En total, el desplome alcanza el 30,8% en un lustro.
En la tabla adjunta se muestra cómo ha evolucionado el gasto familiar en las distintas áreas. En ocio ha disminuido en un 20,8%, en transporte se ha minorado en un 17,3 % y en alimentación ha caído en un 11,1 %. En vivienda, por el contrario, ha aumentado en un 3,97%.
Este repunte explica la prioridad que dan las familias al pago de su hipoteca y evidencia las enormes subidas de precio que han experimentado el gas, el agua y sobre todo la luz a lo largo de los últimos años. Si el gasto familiar en ese apartado se ciñera en exclusiva al pago del préstamo hipotecario, ese repunte del 3,97% no se habría producido. ¿Por qué? Porque el Euríbor, el índice más utilizado en España para calcular las letras mensuales de la hipoteca, llegó a alcanzar el 5,384% en 2008, uno de los porcentajes más elevados de su historia. El pasado año, con la crisis en pleno apogeo y con los tipos de interés en el 0,75 % (el Banco Central Europeo los ha bajado ya al 0,25%), ese índice llegó a tener un suelo del 0,515 %. El ahorro, por tanto, tendría que haber sido considerable. El problema es que a lo largo de los últimos seis años, el recibo de la luz ha registrado un incremento que roza el 70%, según los datos recabados por la agencia estadística europea, Eurostat.
