Es una alternativa a la que recurren cada vez más mujeres con problemas de esterilidad severos o que quieren ser madres en solitario. Las clínicas de fertilidad de Alicante han detectado un importante incremento de la denominada adopción de embriones. «Se trata de una técnica de reproducción asistida que consiste en la implantación de embriones que otras parejas o madres solas han obtenido en sus procesos de fertilización y que, tras concebir el número de hijos deseado, deciden donar los que no van a usar», explica José Jesús López Gálvez, director de la Unidad de Reproducción de la Clínica Vistahermosa.

Actualmente la legislación permite que estos embriones sobrantes de tratamientos se puedan donar a la investigación, se destruyan o queden congelados en bancos de crioconservación para ser utilizados posteriormente.

En la Clínica Vistahermosa, la adopción de embriones ha pasado de representar el 8,5% de los tratamientos de fecundación in vitro en 2012 al 23% en este año. Para López Gálvez las causas están claras. «Una de las principales es la económica, ya que un tratamiento con adopción de embriones puede alcanzar los 1.800 euros, ya que sólo hay que cubrir el coste de la descongelación y la transferencia. Si hay que recurrir a una donante de óvulos el coste se dispara y puede ser tres veces más caro».

El responsable de la clínica Vistahermosa insiste en que las usuarias son mujeres que «tienen que recurrir sí o sí a una donante de óvulos». En este sentido, juega un papel importante en este fenómeno el cambio de perfil de las mujeres que desean ser madres. «Cada vez vienen más mujeres mayores de 40 años, solas o con pareja, con problemas de esterilidad severos y que se enfrentan a la disyuntiva entre renunciar a concebir hijos sanos o concebirlos sin que lleven su carga genética».

Por su parte, desde el Instituto Bernabeu también confirman esta tendencia al alza y su director, Rafael Bernabeu, señala que la tasa de embarazo con adopción de embriones «es casi la misma que otras técnicas y conlleva otras muchas ventajas, como que la paciente no se tiene que medicar con hormonas y se da salida a muchos embriones que permanecen congelados y que de otra manera se perderían».

Además, añade el director del Instituto Bernabeu, «las crecientes complicaciones para adoptar niños en el extranjero también impulsan a las futuras madres a recurrir a estos tratamientos».