El inicio de las obras del nuevo colegio Bracal de Muro pondrá fin a finales de 2020 a 12 años de barracones. El Ayuntamiento ahora urge a Educación a mejorar el estado de las aulas prefabricadas para garantizar la seguridad de los escolares el tiempo que queda. La Conselleria, por su parte, se ha comprometido a informar sobre la evolución de la actuación.
A escasos días del comienzo del nuevo curso académico, y según los plazos previstos, el Grupo Bertolín, la empresa adjudicataria de las obras del nuevo Bracal de Muro, ha empezado a trabajan sobre el terreno. La actuación supondrá la construcción de un edificio que albergará toda la etapa educativa de Primaria, cuyos alumnos han empezado el duodécimo curso en barracones.
El plazo de ejecución es de trece meses, aunque los trámites administrativos pueden alargar el traslado hasta finales del primer trimestre de 2020-2021. En cuanto a la inversión, la actuación cuenta con un presupuestos de en torno a 5 millones de euros.
La constructora firmó el acta de replanteo el pasado 2 de septiembre y hace escasos días el director de Infraestructuras Educativas de la Conselleria, Víctor García, se reunió con la comunidad educativa, el gobierno municipal y la oposición para informarles del inicio de las obras y comprometerse a realizar reuniones periódicas para mantener un contacto fluido a fin de que todas las partes interesadas conozcan de primera mano la evolución de la actuación.
«Por nuestra parte vamos a estar muy atentos de que las obras no se paralicen en ningún momento», ha explicado la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA), Rebeca Ferrer. «Confiamos en que se cumplan los plazos y que nuestros hijos por fin puedan estudiar en buenas condiciones», ha añadido.
En referencia a este último aspecto, tanto los miembros de la AMPA como el equipo de gobierno han anunciado que exigirán a Educación la adecuación de las aulas prefabricadas para garantizar la seguridad de los escolares el tiempo que les queda en ellas.
«El inicio de las obras no supone que no tengan que seguir invirtiendo en los barracones», ha expresado el primer edil, Gabriel Tomás, quien el próximo martes 1 de octubre se reunirá en València con responsables de la Conselleria para abordar esta cuestión. «Es necesario trabajar a dos niveles, y es que hay que construir el nuevo colegio, pero también hay que garantizar que nuestros niños estén en unas condiciones óptimas».
Gabriel Tomás ha insistido en que el Ayuntamiento, mientras no se adopten medidas, «suspenderá las clases cada vez que haya previsión de fuertes lluvias, porque primero es la seguridad de los alumnos y después las clases». Con esto, ha recalcado, «no queremos hacer política, es una cuestión de seguridad. No vamos a permitir que suceda una desgracia», pues hay tantas goteras que «el agua sale por los enchufes y los tubos de luz» y las escaleras, pese a tener una capa de antideslizante, «resbalan por el desgaste».
La noticia del inicio de las obras ha sido acogida con «gran alegría» por los padres de los más de 450 escolares que están en barracones. La presidenta de la AMPA, asimismo, ha apuntado que «son dos ciclos enteros de Primaria los que han pasado por estas instalaciones», de hecho su hija mayor pasará el próximo curso al instituto «sin haber conocido otro colegio».
Rebeca Ferrer se ha mostrado «satisfecha» con la reunión en la que «hemos podido preguntar y expresar nuestras preocupaciones», entre las que destaca, además del evidente deterioro de los barracones, que las obras causen «las mínimas molestias posibles a los alumnos de Infantil que están en otro edificio en el mismo solar».
