Siete son multitud. Esa es la realidad con la que van a tener que convivir los integrantes de la nueva corporación municipal alcoyana salida de las últimas elecciones, la más numerosa desde el inicio de la democracia en cuanto a formaciones políticas. La nueva situación obligará a una reorganización de las normas de funcionamiento interno del Ayuntamiento, sobre todo para evitar que los plenos se hagan interminables. También está previsto dotar de nuevas competencias a la junta de portavoces. Todo con el objetivo de adaptarse a la nueva realidad y que la gestión municipal sea ágil y operativa, dentro de las posibilidades.
Los comicios celebrados en Alcoy el pasado 26 de mayo reforzaron al PSOE, que se quedaba a tan solo un concejal de la mayoría absoluta, y al mismo tiempo conformaban la corporación municipal más multitudinaria desde el inicio de la democracia en lo que respecta al número de formaciones políticas representadas.
Durante los próximos cuatro años serán siete los grupos que compartirán espacio en el salón de plenos, lo que supone dos más que en la anterior legislatura. Se trata del PSOE, con doce concejales, el PP con cuatro, Compromís, Ciudadanos, Podemos y Guanyar con dos respectivamente y Vox con uno.
La cifra todavía es mayor si se compara con anteriores ciclos políticos. Basta remontarse a la primera legislatura de la era democrática para comprobar cómo en aquel momento la corporación solo contaba con tres partidos, el PSOE, UCD y el PCPV, una cifra que posteriormente se incrementó, pero siempre oscilando entre las tres y las cinco formaciones de estos últimos años, que suponían el récord hasta el momento actual.
Pero más allá de la mera anécdota numérica, lo cierto es que los siete grupos que van a conformar la corporación se han convertido en un problema en lo que respecta a la organización interna del Ayuntamiento.
Lo que más preocupa en esta materia es la duración de los plenos, dado que con las normas de intervenciones actuales podrían hacerse interminables. Si en la actualidad las sesiones ya eran largas y poco atractivas para los ciudadanos -como lo demuestra la escasa asistencia de público-, a partir de ahora podrían eternizarse teniendo en cuenta que tienen que intervenir siete portavoces políticos más el alcalde en cada uno de los asuntos que se sometan a debate.
De ahí que ya se esté trabajando en una reorganización interna, que tienda a agilizar los trámites y a potenciar la operatividad de los distintos órganos institucionales.
El problema esencial, como queda dicho, es el de los plenos. En la actualidad cada moción que se debate precisa de un tiempo aproximado de hora y media, con lo que, teniendo en cuenta que tendrían que intervenir dos portavoces más, se superarían con creces las dos horas por tema. Todo ello, aderezado con que en algunos plenos se someten a votación hasta cinco mociones, podría traer como resultado sesiones de hasta diez horas de duración.
Así las cosas, y según ha explicado el alcalde en funciones, Toni Francés, se están buscando fórmulas «para reducir el tiempo de las intervenciones o bien rebajar el número de propuestas que llegan a los plenos».
En este sentido, una de las soluciones que están encima de la mesa es la de someter a un filtro las mociones en junta de portavoces o comisiones informativas. Según Francés, «hay muchos asuntos que se dictaminan antes de llegar a pleno y que ya sabemos que se van a aprobar. Por tanto, podríamos evitarnos las intervenciones de todos los grupos».
Otra de las cuestiones que está siendo analizada es la posibilidad de trasladar los plenos a horario matutino.
Complicado reparto de los liberados
Otro de los puntos conflictivos a los que va a tener que hacer frente la nueva corporación municipal de Alcoy es el reparto de dedicaciones exclusivas. En total son quince las que se pueden destinar a los concejales, a la que se suman nueve asesores.
Aunque de momento no hay nada definido, se baraja la posibilidad de que el PSOE tenga nueve dedicaciones, el PP dos y Compromís, Ciudadanos, Podemos, Guanyar y Vox una, este último de forma parcial. Aparte hay que repartir doce asesores.
El alcalde en funciones, Toni Francés, ha señalado que «la prioridad es el gobierno, que es el que tiene que gestionar, y a partir de ahí hay que repartir los recursos con los que contamos en función de la representatividad de cada grupo político municipal».
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