La Unión Nacional de Entidades Festeras (UNDEF) realizó ayer con éxito el primer reparto de cantimploras cargadas con pólvora en la fábrica. Albaida fue el municipio que estrenó el acuerdo alcanzado entre la entidad y la Delegación del Gobierno a principios del pasado mes de abril y, a partir de ahora, cualquier población que celebre Moros y Cristianos podrá seguir sus pasos para evitar trasvasar el explosivo en el lugar donde se realiza el reparto.
El nuevo reglamento del uso de la pólvora establece que los festeros deben recoger el explosivo dentro de las cantimploras, lo que obligaba, hasta ayer, a realizar el trasvase en el mismo lugar del reparto. La medida provocó las quejas del mundo de los Moros y Cristianos, al entender que incrementaba la peligrosidad.
Sin embargo, Albaida -población situada en la Vall que le da nombre, al sur de la provincia de València- marcó ayer un antes y un después, ya que se convirtió en el primer municipio que recibió las cantimploras cargadas con la pólvora en la fábrica.
Tal y como adelantó INFORMACIÓN a mediados del pasado mes de abril, la Delegación del Gobierno comunicó a la UNDEF que las poblaciones que lo considerasen conveniente, podrían entregar los recipientes a los fabricantes con un plazo de 10 días de antelación, a fin de que sean éstos los que se encargue del trasvase en sus instalaciones.
Pese al acuerdo alcanzado con la Delegación de Gobierno hace ya seis meses, todavía ninguna población lo había puesto en práctica, hasta que «esta mañana [por ayer] a las 11.15 horas hemos descargado el primer camión con cantimploras llenas de pólvora y totalmente precintadas en Albaida», manifestó la presidenta de la UNDEF, Pepa Prats.
«Esto, sin duda, es un paso adelante después de medio año», insistió Prats, quien explicó que las 75 poblaciones que forman parte de la entidad estuvieron desde el primer momento de acuerdo en proponer que los recipientes viniesen preparados desde a empresa que suministra la pólvora.
La presidenta de la UNDEF recordó lo «complicado» que ha resultado el camino desde la entrada en vigor de la nueva normativa, así como las numerosas reuniones que han mantenido con diferentes instituciones.
También insistió en que la obligatoriedad de trasvasar el explosivo a las cantimploras en el mismo lugar de reparto generaba situaciones de riesgo, dado que las personas que se ocupaban de entregar los recipientes manipulaban grandes cantidades de pólvora durante largos períodos de tiempo y en un espacio cerrado.
De ahora en adelante, cualquier municipio que celebre Fiestas de Moros y Cristianos podrá solicitar al fabricante que le distribuye la pólvora que la vierta en las cantimploras tras enviarlas. «El que prefiera continuar trasvasando el explosivo podrá continuar haciéndolo», pues según explicó Pepa Prats, «hay poblaciones pequeñas que es más fácil de hacer, pero luego hay otras como Petrer, la Vila o Sax en las que participa mucha gente en los alardos y se mueven muchos kilos de pólvora» y eso supone un alto riesgo.
El acuerdo, asimismo, ha supuesto una modificación en la normativa, por ello ha tardado seis meses en poder materializarse. «Ha sido un proceso muy lento hasta llegar a buen puerto», pero «estamos muy contentos y satisfechos con cómo ha ido el reparto en Albaida». Según insistió la presidenta de la UNDEF, «una vez descargado el camión se han ido entregando las cantimploras precintadas y tachando de la lista a los festeros», lo que ha agilizado mucho el trabajo.
