El alcalde de San Vicente del Raspeig, Jesús Villar, encabeza una lista electoral impuesta. Para el primer edil ayer no fue un buen día. Y tampoco lo ha sido el tenso fin de semana en el que se ha evidenciado su soledad al ganar la lista a las elecciones municipales con personas afines al concejal José Luis Lorenzo, que parte en quinto puesto. Los candidatos más votados por la militancia han sido José Luis Mesa, del movimiento vecinal de Santa Isabel; Jesús Arenas, secretario de organización del PSOE; José Montiel, presidente local de Cruz Roja; Belén Arques, directora del CEIP Raspeig; Pilar Alcolea, presidenta de la Federación de Vecinos; Isabel Candela, presidenta del club deportivo Patín Raspeig; y la estudiante Lucía Rubio.
El viernes se celebró reunión de la ejecutiva socialista para elaborar la lista electoral propuesta por el órgano de dirección del PSOE local. Se presentaron dos listas, la del secretario general, primer edil y candidato a la alcaldía por el PSOE, Jesús Villar, y la de Lorenzo. El domingo se celebraba la votación abierta a los militantes. Votaron 140 de 171, y la lista propuesta por Lorenzo ha sido la más respaldada. Mientras que Villar no logró colocar entre los primeros puestos a las actuales concejalas de Seguridad, María Isabel Martínez y de Fiestas y Empleo, Asunción París.
La fortaleza de Lorenzo está demostrada, a pesar de que tiene varios frentes abiertos en el Ayuntamiento, entre ellos la solución del pago de la productividad a la plantilla municipal y las críticas de que ha realizado eventos deportivos masivos con informes de seguridad que lo desaconsejaban, ya que la Policía Local se niega a hacer horas extra si no se incrementa lo que cobran por ellas.
El varapalo a Villar fue la comidilla durante todo el día de ayer en el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig. Aunque de puertas para afuera los partidos políticos no opinaron al considerar que se trata de cuestiones internas de cada partido.
Fuentes socialistas advierten de que el proyecto que se impone no es nuevo ni renovador puesto que los movimientos de Lorenzo están impulsados por el exconcejal José Gadea de quien, fuentes socialistas advierten, es la persona que está tejiendo la estrategia socialista.
El alcalde, que no suele rehuir preguntas, admitía ayer que no era un buen día y que no quería ahondar en la votación en la que ha quedado debilitado. Para el primer edil esta lista no es la definitiva y advirtió que «Madrid tiene la última palabra», lo que muestra sus esperanzas de poder introducir a personas de su confianza para conformar la lista con la que los socialistas concurran a las elecciones municipales del próximo 26 de mayo.
Con este varapalo, fuentes internas del PSOE advierten de que su proyecto de ciudad «va a ser impuesto»; y hablan ya del fin de una etapa. Fuentes internas del partido apuntan a que la victoria de la lista presentada por Lorenzo supone el «fin de la era villarista». Y detallan que al alcalde y secretario general de los socialistas sanvicenteros sólo le queda asumir la democracia interna de su partido.
Otra de las opciones sería la de dimitir y dejar libre la candidatura a la alcaldía tras el varapalo en la votación de la lista electoral. Algo que el propio Villar descarta.
Villar ha perdido el respaldo de su partido al lograr el apoyo de un 40% de la militancia. Y le recriminan que a las puertas de las elecciones locales y en plena precampaña electoral no hay propuestas con las que apoyar la gestión para los próximos cuatro años.
El 29 de enero se escribió el primer capítulo de esta crónica de soledad cuando el propio José Luis Lorenzo presentó su renuncia a la portavocía del grupo municipal socialista para asumir la coordinación del Comité Electoral del PSOE. El movimiento evidenció que dejaba solo al primer edil.
Punto de inflexión
El punto de inflexión del mandato de Jesús Villar fue noviembre de 2017 cuando el que hasta entonces había sido su mano derecha, abandonó el Ayuntamiento. Manuel Martínez dejó el equipo de gobierno y la portavocía. También en enero perdía otra pieza de su grupo de personas afines, su jefa de gabinete, Paz Castelló, que está de baja laboral, quien se había afiliado al PSOE y ostentaba la secretaría de Comunicación, se daba de baja del partido.
Compañeros de filas socialistas reprochan a su secretario general el haberse rodeado de personas de bajo perfil político que han ido cediendo terreno. Y el no haber sabido aunar y «coser» el partido entre las distintas sensibilidades que existen después del congreso federal celebrado en junio de 2017.
El fragmentado PSOE se presenta a las elecciones en un panorama electoral incierto en el que se van a disputar los votos de los sanvicenteros con PP, Ciudadanos, Podemos, Guanyar, Compromís, actualmente con representación municipal, y con la incorporación de Vox al panorama local.
