La singular Ofrenda de Flores de las Fiestas de los Heladeros iluminó ayer Xixona con el colorido único que le confieren los trajes regionales de media España que portan las festeras. Tras la tormenta del sábado, que obligó a parar la Entrada de Moros y Cristianos una hora, el sol volvió a salir y pese al frío la Ofrenda pudo ayer lucir con todo su esplendor.

Trajes típicos de Madrid, Sevilla, Córdoba, Málaga, Cataluña, València, Murcia, Zaragoza... y por supuesto de xixonenca y de festera, llenaron La Plaça en la última jornada de los Moros y Cristianos de Les Festes dels Geladors, que cumplen 40 años desde su creación.

La jornada también contó con la Embajada del Moro por la mañana y la del Cristiano y la reconquista por la tarde, con la que se completó la Trilogía Festera, así como con el alzamiento de capitanes, la procesión y el castillo de fuegos artificiales que puso el colofón a los festejos.

Pero su acto más emblemático llegó al filo del mediodía. Las mujeres festeras, ataviadas con los trajes regionales de las zonas donde en verano trabajan vendiendo helados en sus negocios, llenaron de mil colores La Plaça con una Ofrenda sin fronteras. Además, los hombres también lucieron los trajes típicos masculinos o de festero, en un acto en el que también se rinde homenaje a las ciudades en las que realizan su trabajo cada verano y donde, en muchos casos, han iniciado una nueva vida.

Xixona es el municipio de España con mayor censo de heladeros y celebra a finales de octubre las que son sus segundas fiestas de Moros y Cristianos del año, reservadas para las personas que no pueden estar en las fiestas patronales en agosto, ya que su trabajo en las heladerías que hay repartidas por todo el país se lo impide.