Vía libre a las obras para reparar la plaza del antiguo Gallo Rojo y su entorno, que presentan graves deficiencias y un peligroso hundimiento del firme cuando aún no se han cumplido 10 años de su finalización. El pleno de El Campello aprobó ayer con los votos del equipo de gobierno, y gracias a la abstención de la oposición, la modificación de crédito para dotar de financiación esta obra, tras las numerosas quejas de la comunidad de propietarios Gallo Rojo sobre el mal estado del entorno del edificio y de las escaleras de la calle Basseta. Además, tras esta obra el Ayuntamiento reclamará a la promotora que abone la parte correspondiente del proyecto, cuyo coste ronda los 800.000 euros.

El alcalde, Benjamí Soler (Compromís), explicó ayer que los técnicos municipales habían alertado de que la zona necesitaba de una actuación integral que diese por solucionados los graves y numerosos problemas arquitectónicos aparecidos durante estos años. Desde el área de Infraestructuras se decidió contratar un proyecto para la evaluación de los problemas, pero la sorpresa vino con los resultados de dicho estudio, que detectó vicios ocultos en la construcción de la urbanización del edificio Gallo Rojo, es decir defectos o deficiencias en la construcción que han ido apareciendo con los años y que han ido a más.

Debido a la gravedad de la situación se redactó un proyecto de ejecución que englobaba la calle Basseta y la urbanización del edificio Gallo Rojo con un montante total de alrededor de unos 800.000 euros, pero la existencia de los vicios ocultos y visto que posiblemente, todavía el Ayuntamiento se encontraba en plazo de reclamación, se decidió separar el proyecto en dos unidades diferenciadas, por un lado las escaleras de la calle Basseta y por otro la urbanización del edificio Gallo Rojo, para poder iniciar el expediente de reclamación de la parte afectada, que incluye la plaza del Carmen.

La tramitación también ha sido distinta, ya que la parte correspondiente a la calle Basseta se tramitó a finales de 2017 como inversión financieramente sostenible a cargo del superávit.

Con el edificio Gallo Rojo se inició el procedimiento de subsanación de los vicios ocultos detectados, pero vista la gravedad de la situación y para «poder paliar cuanto antes la sensación de desamparo que viven los vecinos de la zona, el equipo de gobierno optó por iniciar el procedimiento para que las obras pudiesen quedar terminadas este mismo año», destacó Soler.

Por ello, ayer se celebró un pleno extraordinario para la aprobación de una modificación de crédito de más de 400.000 euros para poder dar luz verde a la solución del problema. El edil de Infraestructuras, Alfred Botella (Compromís), explicó que las dos obras se ejecutarán después del verano.

Por su parte los vecinos celebraron ayer que por fin se haya dado el visto bueno para acometer la obra, ya que «la zona está muy peligrosa y tenemos miedo de que se haya algún accidente. Debajo del suelo que se está hundiendo no hay nada, está hueco, y como tenga que ir un camión de bomberos por ejemplo por un incendio, se va a venir abajo. Nos reunimos hace poco con el Ayuntamiento y nos confirmaron que iban a celebrar por fin un pleno para dar luz verde a la reforma. Esperamos que haga la reparación lo antes posible».