Cuatro podrían ser las primeras en formar parte del parque de viviendas sociales que San Vicente del Raspeig aspira a tener. A la segunda fue la vencida y el Ayuntamiento ha logrado, tras repetir la convocatoria, tener cuatro propuestas sobre la mesa. La convocatoria de compra de viviendas ha contado en este segundo intento con un esfuerzo para informar a los vecinos, para animarles y para facilitarles los trámites. Hasta casi el final había tres ofertas y la cuarta vivienda se incorporó a última hora del lunes a mediodía, cuando finalizaba el plazo de presentación de ofertas.

Ahora, una vez que ha finalizado el plazo de presentación de propuestas, el siguiente paso es que se conozca dónde se encuentran estas casas y qué características tienen, para saber si cumplen con los requisitos marcados por el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig.

El precio máximo que pagará por cada una es de 80.000 euros sin contar los impuestos. El coste de esta compra se incorpora al presupuesto de 2018 ya que los 600.000 euros previstos en 2017 ha sido imposible invertirlos al estar a punto de finalizar el año. Este dinero se destinará al superávit del año que viene, ya que no se puede destinar al proyecto para el que estaba previsto.

En la primera convocatoria el consistorio aspiraba a comprar entre seis y diez viviendas. Son menos de las previstas, pero para la plataforma Antidesahucios Raspeig es «un primer paso, que es importante, mejor cuatro que cero», explica Isabel Bernal, representante de la plataforma.

Su papel en esta segunda convocatoria ha sido esencial y así lo reconoce el concejal de Contratación, José Luis Lorenzo, quien daba las gracias a este colectivo «por su colaboración en la promoción de este contrato de adquisición de viviendas».

Por su parte, la representante de la plataforma advierte de que este proyecto de compra de viviendas debe de continuar. «Pedimos que para 2018 se saque nueva convocatoria, con la difusión adecuada, para seguir aumentando el parque de vivienda social lo máximo posible porque sabemos que la necesidad es urgente».

Nuevas vías

La concejal de Bienestar Social, Begoña Monllor, señala que «ahora nos centraremos en proporcionar esas viviendas a familias que necesiten con mayor urgencia tener una casa», explica. Sobre el futuro de este parque de viviendas, la concejal señala que ahora el equipo de gobierno se tiene que reunir y estudiar todas las opciones para seguir ofertando casas a familias desfavorecidas. «Estoy segura de que encontraremos una solución para poder facilitar viviendas a aquellas personas que más lo necesitan y si eso pasa por estudiar otras vías lo haremos dentro del margen de actuaciones que sea posible», añade la responsable de Bienestar Social.

Una vez que se resuelva la compra de viviendas llegará el turno del área de servicios sociales que ha de elaborar el baremo por el que se va a adjudicar a las familias una de estas viviendas, que tendrán un periodo de alquiler social de un máximo de dos años.