Una tremenda «chapuza» que puede costarle la vida a alguien. La Conselleria de Infraestructuras ha finalizado las obras para mejorar la seguridad vial y ampliar las zonas de adelantamiento en la carretera CV-800, que une Xixona con el area metropolitana de Alicante. Y el resultado ha sido un nuevo punto negro para el tráfico.
Los trabajos acabaron la pasada semana y han consistido en rebajar un cambio de rasante ubicado en medio de una recta de más de un kilómetro. De esta forma, se pretendía ganar en visibilidad y pintar línea discontinua en toda la recta, donde hasta ahora no se podía adelantar en la parte central por el resalto. Pero las obras no han solucionado esta falta de visibilidad. Todo lo contrario.
El resalto se ha rebajado unos 70 centímetros, cuando en un principio la idea era bajarlo metro y medio. Y queda una zona muerta en ambos sentidos donde los conductores no ven si viene algún vehículo, a pesar de que está permitido adelantar en todo el tramo, ubicado en el término de Alicante, en la conocida como «recta de los caballos», entre la estación de servicio y la subestación eléctrica. Además, hay varios caminos que se incorporan a la carretera que también quedan sin visibilidad tanto para los que acceder a la CV-800 como para lo que ya circulan por ella.
La sorpresa de los usuarios de esta carretera, principal vía de comunicación de Xixona y muy transitada por vehículos pesados por la actividad industrial de la localidad turronera y por el polémico vertedero de Piedra Negra, ha sido enorme por la peligrosa situación que se ha generado. El alcalde Ferran Verdú también manifestó a este diario la indignación de la Corporación. «El resultado de la obra es un peligro evidente. El pasado lunes tratamos sin éxito de contactar telefónicamente con Vicente Dómine, director general de Obra Pública de la Conselleria de Infraestructuras, para que se implique en el final de esta obra y en la resolución de este grave problema, y hemos remitido un escrito a la Conselleria advirtiendo de esta situación, aunque aún no nos han contestado. No es aceptable lo que se ha hecho. La gente se está jugando la vida en ese tramo», señaló el alcalde.
En cambio, fuentes de la Conselleria de Infraestructuras consultadas por este diario confirmaron que las obras ya han finalizado, que no existe ningún problema y que se ha «mejorado la seguridad vial en la zona». Hay que recordar que en 2011 la Generalitat suprimió unas 50 zonas de adelantamiento en esta carretera, y dos años después repuso cinco a cambio de bajar la velocidad, ante el rechazo generado por la medida, comprometiéndose también a realizar este cambio de rasante, ya que el desdoblamiento de este vial se ha quedado aparcado por la falta de fondos.
Las obras que se están realizando estos días en la zona se dirigen a adecuar la cuneta en el margen donde se habilitó un tercer carril para poder llevar a cabo las obras. Pero desde finales de la pasada semana ya se puede adelantar en toda la recta... y jugarse la vida.
