El segundo municipio con mayor población de la Vega Baja, Orihuela, sigue inmerso en una espiral de pérdida de habitantes que parece imparable. Los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE) acercan ya el padrón a niveles de hace 10 años, es decir, por debajo de los 80.000 habitantes. Aunque todavía se desconoce la cifra con la que se cerrará el ejercicio de 2017, es una realidad que el alcalde, Emilio Bascuñana, ya ha firmado una batería de decretos para dar de baja a otros 2.000 vecinos porque, aunque están inscritos, «no residen en la localidad durante la mayor parte del año». Casi todos ellos son de origen internacional.
La primera consecuencia de este éxodo de población es que el Consistorio de Orihuela verá de nuevo reducidas las aportaciones económicas que recibe del Estado, que se transfieren en función del número de habitantes. Según la previsión inicial realizada por el INE para el ejercicio de 2017, el número de empadronados quedaría cifrado en cerca de 75.092 vecinos, lo que supone un descenso del 6,6% con respecto al año anterior. La misma fuente indica que el 2016 concluyó con 80.359 inscritos en el registro y que en 2015 se alcanzaban los 82.675 vecinos.
Fue en 2013 cuando el INE hizo por primera vez una revisión del padrón eliminando del mismo a todos los ciudadanos extranjeros -tanto europeos como no europeos- que obtuvieron la Tarjeta de Residencia Permanente entre 2009 y 2010 pero que más tarde no la confirmaron. Según el grupo socialista, eso podría haber supuesto en Orihuela la pérdida de 17.000 habitantes. El edil Víctor Ruiz señaló que «por ello nos pusimos manos a la obra y en cuatro meses fuimos notificando uno por uno a esos 17.000 afectados para que confirmaran su empadronamiento, consiguiendo que 9.052 personas lo hicieran».
«El descenso qué hubo finalmente fue de 8.000 habitantes, los cuales fueron dados de baja por inscripción indebida», prosiguió el concejal. El socialista destacó que aquella actuación, llevada acabo entre los departamentos de Estadística y la Policía Local, «permitió que el descenso fuera mucho menor que el de otras localidades que no se volcaron en recuperar aquella población que no había confirmado el empadronamiento». Apunta que, por ejemplo, ese fue el caso de Torrevieja, que perdió 14.000 habitantes en un año.
Poner freno
Desde el grupo socialista ponen en duda si el equipo de gobierno de Orihuela ha hecho su trabajo para frenar esa pérdida de población que en muchas ocasiones no es real, pues siguen viviendo en la zona costera y utilizando los servicios pero al no estar empadronados no computan y, por tanto, no se recibe dinero del Estado.
Las ediles de Estadística y de Residentes Internacionales, Noelia Grao y Sofía Álvarez, respectivamente, anunciaron en marzo el inicio de una campaña para actualizar la información registrada de los residentes internacionales que viven en Orihuela. Hasta el momento han conseguido que confirmen su empadronamiento 1.125 personas entre mayo y septiembre.
