Trabajos a contrarreloj para intentar que el camposanto recupere la normalidad de cara a la festividad del 1 de noviembre. El Ayuntamiento de Daya Nueva podrá por fin acometer las obras para reformar una parte del cementerio que resultó afectada por los temporales del pasado invierno. La filtración de agua provocó el colapso de dos hileras de nichos y la administración local se vio obligada a actuar de urgencia para organizar a toda prisa el traslado de los restos mortales de 27 vecinos, que fueron exhumados y trasladados a otros puntos del cementerio.
Las obras costarán 117.306,54 euros y serán subvencionadas al cien por cien por la Diputación de Alicante. La institución provincial ha sufragado además el proyecto redactado para acometer la reforma, que ha costado 3.943 euros y que ya ha pasado el trámite de exposición pública. El siguiente paso será ofertar los trabajos a tres empresas y encargarlos a la firma que aporte la propuesta más económica, todo ello a través de un contrato negociado sin publicidad, según explicó la alcaldesa de Daya Nueva, Teresa Martínez.
La regidora señaló que en total se construirán dos hileras que forman 96 nichos. Una de ellas servirá para sustituir a la que tuvo que ser derribada. La otra, para acoger los restos de más vecinos, dado que hay una segunda hilera que también resultó afectada por las lluvias y presenta grietas, por lo que todo apunta a que también tendrá que ser demolida. «Mi compromiso es que el 1 de noviembre esté todo arreglado y eso sólo será posible gracias a la ayuda que nos está dando la Diputación de Alicante», valoró la regidora.
Martínez pidió auxilio a la Diputación para acometer estos trabajos debido a que el municipio no contaba con recursos económicos suficientes para realizar las obras.
Decreto de ruina
Este asunto causó una gran conmoción en la localidad al tratarse de un tema sensible. Fue a finales de enero cuando el Ayuntamiento decretó la ruina de este parte del cementerio y organizó la retirada de las cajas con los restos mortales. Los gestores municipales se reunieron con los familiares de los vecinos que están allí enterrados y se avisó también a la policía mortuoria. Había que comenzar cuanto antes con las exhumaciones.Los cuerpos fueron trasladados pocos días después a otros nichos de propiedad municipal y también a panteones que fueron cedidos de forma altruista por diferentes familias del municipio. Los nichos afectados fueron entonces apuntalados pero los informes técnicos apuntaron que había que derribarlos debido a los daños en su estructura. Ahora todo volverá a la normalidad.
