La tasa por el servicio de recogida y eliminación de desechos que pagan los municipios de la Vega Baja podría experimentar otra subida de cara al 2018. El nuevo incremento de costes radica en las tarifas que se pagan por llevar a las plantas de tratamiento enseres en desuso, como muebles o colchones viejos. Si hasta ahora se abonaban a 55 euros por tonelada, el precio se disparará hasta los 125 euros a partir del uno de enero de 2018. Los ayuntamientos estudian ya cómo cuadrar las cuentas, pero los responsables municipales saben que, si no hay alternativas, tendrán que seguir subiendo la tasa a los vecinos, que pagan ahora casi el doble que hace dos años.

Ayuntamientos como el de Redován han recibido ya una notificación de la empresa TMA, ubicada en Novelda, que presta el servicio de gestión de enseres que ya no sirven. La firma explica que el incremento de la tarifa será progresivo y pasará a ser de 90 euros por tonelada a partir del 1 de septiembre y de 125 euros desde 2018. Argumenta que el incremento de costes de debe a la necesidad de «optimizar la gestión de residuos aplicando un plan de mejoras continuado para seguir garantizando la calidad de los procesos de control y seguridad, respetando en todo momento estrictamente los parámetros exigidos por la legislación». En ese sentido apunta a las políticas medioambientales de la Unión Europea, que establecen «la deposición controlada como última opción no prioritaria, promoviendo previamente la valorización, reciclaje y recuperación de residuos industriales».

El regidor de Redován, Emilio Fernández, ha pedido al presidente del Consorcio de Residuos de la Vega, Manuel Pineda, que se busque una solución a esta situación para poder evitar una nueva subida del recibo a los contribuyentes. Fernández recordó que fue el Consorcio quien determinó a qué plantas de tratamiento deben llevar sus basuras cada uno de los municipios de la comarca. En ese sentido dijo que los vertederos de Jijona y Alicante «empezaron a poner pegas a la recepción de enseres para su tratamiento» y algunos ayuntamientos como el que preside buscaron soluciones en plantas alternativas, como la de Novelda. Fernández dice que el problema empieza a aumentar en la Vega Baja y hay municipios que están acumulando los enseres en solares porque no saben dónde llevarlos.

«Nos encontramos ante un incremento de precios brutal y hemos pedido al Consorcio que lo solucione de forma inmediata, porque estos costes son insoportables para un municipio», dijo el regidor. El mismo señaló que también se le ha pedido ayuda al diputado de Medio Ambiente, Javier Sendra, para buscar alternativas que no asfixien a los consistorios.

Subidas del 100%

Toda esta situación se produce meses después de que diversos ayuntamientos de la Vega Baja aprobaran subidas de tarifa de hasta el 100%. Eso ocurrió a finales del pasado año por la necesidad de cubrir el gasto real del servicio y compensar el déficit para que el Consorcio de Residuos pudiera aprobar una tarifa de eliminación unificada, algo que, finalmente, no se puso en marcha. La situación se dio tras el cierre primero del vertedero de Orihuela -Proambiente- y de la planta de Crevillent después -Abornasa-. Los consistorios se vieron obligados a llevar la basura a otras plantas más lejanas, como Villena, Jijona o Alicante. En un principio no repercutieron el aumento del coste a los vecinos pero finalmente se acabó haciendo.

Mientras tanto, la Vega Baja sigue sin ninguna instalación propia para poder tratar los desechos. El último plan del Consorcio era disponer dos plantas de transferencia de residuos para poder trasladar la basura hasta los vertederos en vehículos tráiler y reducir gastos de transporte, pero hasta el momento el proyecto sigue sin realizarse y ni siquiera se sabe -o al menos no se ha dicho- dónde se ubicarán esas instalaciones.