El Grupo Salins quiere cumplir con sus clientes pese a los efectos de las lluvias torrenciales de diciembre, febrero y marzo sobre la producción de sal, que casi ha dejado a la salinera de Torrevieja Torreviejasin producción. Y para ello está desplegando todos los recursos disponibles de la multinacional, incluida la importación de sal desde sus salinas repartidas en Europa y África.

La sal es descargada por las grúas montadas desde las bodegas a tierra. De ahí, con vehículos de pala frontal se cargan camiones bañera con 20 toneladas de capacidad y que ayer realizaban constantes viajes de ida y vuelta, a lo largo del dique de Poniente y hasta el acceso principal de la salinera.

Un procedimiento que se podía observar claramente desde el dique de Levante. Un recorrido insólito para la labor industrial habitual en este dique, preparado con una tecnología propia para embarcar miles de toneladas de sal, a través de una cinta transportadora de varios kilómetros, pero no para hacer el camino a la inversa. En las próximas semanas está previsto que arriben al puerto de Torrevieja otros cinco buques cargados con sal comprada a las salinas de Salinera Española en Ibiza -inicialmente este diario informó por error que se trataba de una salinera integrada en el Grupo Salins.

Según ha podido confirmar este diario la sal que se está desembarcando ahora tiene como principal destinatario el uso alimentario. De las aproximadamente 600.000 toneladas que puede producir la salinera en Torrevieja en torno a cien mil se destina a ese uso. Saleros, salazones y otros usos.

En treinta años

En mayo ya se produjo la primera llegada de un carguero con sal procedente de Túnez. Fue la primera vez en treinta años que se presenciaba esa escena en el puerto de Torrevieja y parecía que iba a ser un hecho aislado. Sin embargo, la demanda ha obligado a la empresa, que no se ha pronunciado oficialmente sobre esta decisión, a mantener ahora los fletes de excedentes de sal de otras explotaciones para cubrir sus compromisos en Torrevieja. La salinera intentó por todos los medios que el impacto de las lluvias fuera el mínimo para la producción.

Pero la entrada de agua dulce se va a dejar sentir al final de esta temporada y al principio de la próxima -los ejercicios se cuantifican de agosto a agosto de cada año-. Los responsables de las salinas realizaron reuniones con la Generalitat y con el Ayuntamiento. No obtuvo el visto bueno del Ministerio de Medio Ambiente. Ni para utilizar las infraestructuras de la desalinizadora para arrojar sus salmueras al mar; ni para el propio vertido por el efecto ambiental que sobre la pradera de posidonia, protegida como LIC.