Pagan sus tasas e impuestos a dos municipios distintos porque los ayuntamientos no se ponen de acuerdo sobre quién debe cobrarles. Una comunidad de vecinos ha conseguido tras más de una década de reivindicaciones que se empiece a negociar un posible intercambio de terrenos. El edificio en el que viven fue construido justo en la línea que separa Callosa de Segura y Cox y ha hecho falta incluso que actúe de intermediario el Instituto Geográfico Nacional para empezar a buscar una solución. Los actuales alcaldes han decidido enterrar el hacha de guerra y buscan llegar a un consenso para decidir en qué municipio se ubica el inmueble y quién ingresa los tributos.
La inusual situación ha generado que durante estos años los vecinos abonen, por ejemplo, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) al Ayuntamiento de Callosa de Segura, que obtiene suculentos ingresos de un total de 12 viviendas, cuatro bajos comerciales y 17 cocheras. Sin embargo, la tasa de los vados, el agua o las licencias de apertura de establecimientos dependen de la administración de Cox. Este hecho ha motivado diversas quejas en los últimos años entre los residentes del número 29 de la calle La Hoya, que creen que ambas administraciones se reparten el dinero de sus impuestos pero ninguna ha aportado soluciones cuando ha habido problemas. Una realidad que ahora podría cambiar porque, al menos, los regidores Fran Maciá (PSOE) y Miguel Ángel Gambín (Cs), de Callosa y Cox, respectivamente, se han sentado a negociar.
Geometría
Lo primero que se ha hecho ha sido crear una comisión de deslinde en la que se han integrado representantes de ambos Ayuntamientos, de la Dirección General de la Administración Local de la Generalitat y del Instituto Geográfico Nacional. Los técnicos han estado estudiando el asunto y han recuperado la geometría del Acta de Deslinde levantada por el Instituto Geográfico y Estadístico el día 18 de diciembre de 1897 entre ambos términos. También se han utilizado fotogramas aéreos ortorectificados del vuelo efectuado por Ruiz de Alda en los últimos años de la década de 1920. Sobre el terreno se han encontrado además restos de uno de los mojones que servían antiguamente para delimitar los límites. En concreto el número cuatro, «hecho de piedra y mortero y de forma cilíndrica». Sirve además una acequia que representa otra parte de los lindes.
Aprobación
Los dos consistorios y la administración valenciana aceptaron el acta redactada por los técnicos y el pasado jueves se sometió su aprobación a pleno. Los dos municipios lo ratificaron. Es el primer paso para desbloquear la situación y no es la primera vez que se intenta. El alcalde callosino dijo que la comisión de deslinde fue propuesta por el Ayuntamiento de Cox en marzo de 2013. Fue en septiembre del año siguiente cuando se convocó por parte de la Conselleria pero «el Ayuntamiento de Callosa de Segura no se presentó, haciendo caso omiso al conflicto planteado por el municipio de Cox de un edificio que paga el IBI en la localidad de Callosa pero cuyo permiso de obra se otorgó por parte de Cox, incluido cédulas de habitabilidad, con la consiguiente inseguridad jurídica para los propietarios».
El regidor cojense indicó que «lo que hemos ratificado es que estamos de acuerdo en la línea divisoria, ahora hay que negociar por dónde establecemos la nueva. Un 70% del edificio está ubicado en suelo de Cox y el 30% restante en Callosa. Hay otro terreno que también está en el linde y cuya situación es la misma. Por eso se podrán compensar unos terrenos por otros. Pero hay que negociarlo», prosiguió Gambín.
La propuesta, que todavía no está sobre la mesa, pasaría porque uno de los municipios ceda al otro parte del terreno y el que pierda suelo, como compensación, reciba por otro lado.
En realidad se trata de poco terreno teniendo en cuenta que el edificio tiene algo más de 500 metros cuadrados, pero hasta ahora ha sido un tema que no se ha querido abordar. No se ha querido renunciar a terrenos ni tampoco a ingresos.
