Cerrada durante los próximos dos meses. El Ayuntamiento de San Isidro, gobernado por el socialista Damián Sabater, se ha visto obligado a echar el cierre de la piscina climatizada municipalpiscina climatizada municipal, tras constatar que se ha convertido en un pozo sin fondo por el que se diluyen más de 4.000 euros mensuales de dinero público. El consistorio es incapaz de mantener a flote este servicio en un municipio que no alcanza los 1.900 habitantes pero que quiso sumarse a la fiebre por la construcción de piscinas de agua caliente que corrió por toda la Vega Baja durante la última década. Por ahora, sólo se abrirá durante los meses de verano y manteniendo el agua a temperatura ambiente. Después de la temporada estival «ya veremos qué pasa», señaló el regidor a este medio.
Según indicó el portavoz de la oposición del Partido Popular, Antonio Giménez, el año 2015 ha sido el primero en el que la piscina ha estado abierta durante los 12 meses. El resultado económico ha sido de 46.000 euros en pérdidas que ha tenido que asumir el propio Ayuntamiento, una cifra considerablemente elevada para un municipio de menos de dos millares de vecinos.
La piscina de San Isidro costó cerca de un millón de euros y se construyó por fases incluyendo subvenciones de tres administraciones públicas. Los fondos fueron aportados por la Diputación, la Generalitat y el Gobierno central mediante diferentes planes inversores con sus pertinentes y flamantes inauguraciones. Primero se hizo descubierta y después se convirtió en climatizada.
«Es la crónica de una muerte anunciada. Como grupo del PP estuvimos de acuerdo en que se hiciera una piscina municipal, pero no una de tamaño preolímpico y climatizada porque no es factible para el municipio. Para poder mantenerla habría que subir impuestos a los vecinos, dado que hay un claro desfase entre ingresos y gastos. No tiene ningún sentido, fue un dinero mal gastado mientras el municipio tenía otras carencias más importantes», prosiguió el portavoz del PP. El mismo dijo que en la localidad hay «mucha gente jubilada y es cierto que algunas de estas personas han ido a algún curso terapéutico, pero es que con lo que cuesta mantenerla abierta casi saldría más barato pagar un taxi para que los vecinos que quieran ir a una piscina climatizada puedan desplazarse hasta otro municipio de la comarca».
Aunque desde el Ayuntamiento se ha tratado de promocionar este servicio para atraer a vecinos de otras localidades lo cierto es que esa campaña no ha dado ningún resultado porque fueron muchos municipios cercanos los que también construyeron piscinas de este tipo, como Albatera, Callosa de Segura, Redován, Bigastro o Benejúzar. Ninguno de ellos supera los 18.000 habitantes.
El primer edil Sabater intenta en cambio ver todo este panorama con una visión un tanto más optimista. Asegura que la piscina se ha clausurado por el momento «para hacer un estudio de viabilidad» y buscar fórmulas que permitan mantener el servicio sin que suponga una carga tan grande para el Ayuntamiento. Él mismo dijo que por ahora sólo se abrirá en verano y, cuando vuelva el otoño, «ya se verá lo que podemos hacer». Pero es precisamente en verano cuando, según la oposición popular, menos vecinos quieren ir a la piscina porque está en un entorno cerrado y la gente busca en cambio el sol que sí encuentra en otras piscinas públicas de municipios cercanos o plantándose en media hora en coche en playas como la de Guardamar del Segura.
