Su primera vesta fue prestada y la primera propia de El Perdón. Se puede decir que se ha hecho a sí mismo. Vive cerca del Museo de Semana Santa y, a veces, dicen quienes mejor lo conocen que parece que no se sabe dónde está realmente su casa. Habla siempre el plural de trabajo y esfuerzo y trata al resto de presidentes como hermanos porque él es, en definitiva, es el hermano mayor de la única Junta Mayor de la provincia con una Semana Santa declarada toda ella de Interés Turístico Internacional.

¿Ha cambiado mucho la Semana Santa en Orihuela desde que usted la conoció?

Sí. La Semana Santa ha cambiado mucho pero no el sentimiento de la gente de Orihuela. Han cambiado trayectos, procesiones, tronos... pero es exactamente igual en cuanto a cómo se vive.

¿Y qué le preocupa al presidente de la Semana Mayor?

La gente joven que ya no se integra. Nosotros queremos que participe, no sólo que salga en las procesiones. Antes era un privilegio trabajar en la Semana Santa?

¿Y cuá es el motivo?

Lo desconozco. La gente joven tiene todas las opciones para pasarlo bien... y lo pasa bien, pero no se implica con las directivas. Se ve muy pocas personas de 18 años en las juntas directivas. Aquí (en las directivas) somos gente como yo o mayores que yo, también algunos más jóvenes que yo, pero no hay jóvenes. Y esto es una preocupación porque esto se tiene que renovar. No es bueno que seamos eternos (en los cargos). Antes duraba un presidente 20 o 25 años, pero ya pasa menos. Y hay que ir renovándose. Los que estamos de vuelta tenemos que estar detrás para ayudarles y que ellos cojan el ritmo de la Semana Santa, que exige mucha dedicación porque hay mucho interés por las juntas, por los presidentes, que se quitan tiempo de su tiempo, Se implican mucho y la gente trabaja por ilusión.... no sé cuál es el motivo, pero no se encuentra gente joven.

Usted había ocupado cargos en la Semana Santa. Ser presidente no le pilló de nuevas, pero ¿esto es lo que pensaba?

Sí, fui vicepresidente cuatro años con Pérez Menárguez y ocho con Eduardo Ferrández. He participado en la Junta Mayor 20 años y conozco el tema, pero hasta que no llega ese momento no sabes dónde te metes. Entonces empiezas a vivir las historias de aquí, las que suceden y las que hay que mover. No es trabajo, es dedicación porque esto se hace porque nos gusta. Nadie tiene recompensas materiales, sólo el que al final de la Semana Santa todo haya salido bien. Esa es tu satisfacción; o que te feliciten por un pregón, que este año se llenó el Teatro Circo, algo que hacía años que no se hacía.... Eso te sirve como pago a un año de trabajo.

Ser esta una Semana Santa Internacional, ¿desvirtúa en algo su sentido?

No, pero sí es más trabajo, implica más responsabilidad. Antes de tener la distinción de internacional era lo mismo que ahora es, pero desde que nos la dieron nos obliga año a año a mejorar. No te puedes quedar ahí, hay que mejorar tronos, imágenes,.... porque para eso te la han dado. Y también es verdad que al ser internacional se abren las puertas, nos visita más gente que antes al ver ese sello y vienen y les tenemos que dar lo que vienen a ver, pero no es más trabajo, quizá responsabilidad.

¿De qué hablan mucho los periodistas y deberían hablar menos y de qué hablan poco y deberían hablar más?

Yo no tengo quejas. Entre todos tenemos que ayudar a mantener el nivel y la participación... también desde las concejalías, donde están haciendo lo que se puede para que el que viene a Orihuela se encuentre lo que espera (piensa) pero no me gusta que se hable de dinero.

Este año hay elecciones?

Sí, las hay. Yo, de momento, pienso en lo que ahora tengo por delante y mi obligación es sacar adelante la Semana Santa lo mejor posible, que nos acompañe el señor y tengamos el mejor tiempo. El Domingo de Resurrección se convocarán. Mi obligación es convocar, lo que pase después no lo sé. Aquí hay 14 cofradías.

¿Le han quedado cosas por hacer?

Me he quedado muy satisfecho con los cuatro años que llevo. Yo no he llegado desnudo, sabía qué era esto. Tengo una ventaja: que estoy retirado y puedo dedicarle tiempo a la Semana Santa, aunque a veces es agobiante porque hay que dedicarle muchas horas, pero no me quejo, sólo cuando las cosas se pueden hacer bien y no se hace. A veces es complicado.