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Orihuela

Y después de las obras, ¿qué?

Las obras del AVE en Orihuela concluirán en seis meses sin que exista un plan aún para saber cuál será su futuro

Orihuela dibuja, a un lado y a otro de las vías del tren, dos paisajes contrapuestos; la ciudad que limita su crecimiento, y la huerta, las naves y las casas de campo que ahora se integrarán dejando en mitad un bulevar que nadie sabe cómo será. VICENTE MUÑOZ

Orihuela está a menos de seis meses vista, según fuentes municipales, de la conclusión de las obras del tren de Alta Velocidad Española (AVE)y saber cómo va a quedar o cómo debería quedar este tramo urbano sobre el cual se diseñará un bulevar que nadie sabe cómo será, es toda una incógnita que ni mucho menos se resolverá antes de la próxima primavera por mucha prisa que se quiera dar el equipo de gobierno que encabeza Emilio Bascuñana (Partido Popular) para lograr la aprobación de un convenio que durante cuatro años durmió el sueño de los justos de la mano del entonces concejal de Urbanismo, Antonio Zapata (PSOE), quien fue incapaz de aprobarlo por, entre otros motivos, el desinterés del alcalde Monserrate Guillén (Los Verdes) de mojarse con aquel proyecto que ascendía a 6 millones de euros al finalizar de su mandato y sin atender a las razones que esgrimía el edil sobre las necesidades de construir un cuarto paso a este precio.

La eliminación de esa valla tupida que han observado los oriolanos desde hace cuatro años para realizar el macroproyecto que suponía el soterramiento, con más de 100 millones de euros de inversión, no evitará que cuando las lonas se retiren no haya nada atractivo que ver... al menos por el momento. Pero, ¿cuánto tiempo se prolongará ese momento?

Las vías del trenvías del tren han sido siempre una barrera natural que separaron el casco urbano de Orihuela de una zona de difícil definición en la cual conviven desde tiempos inmemoriales desde casas de huerta, que quedarán prácticamente pegadas a las obras, hasta nave en ruina y zonas de cultivo. Saber la calificación de ese suelo es difícil porque, según parece por lo que allí hay construido, cabe de todo. Visto así, la desaparición del tren en superficie no terminará de resolver la imagen que Orihuela dará a sus visitantes que, a un lado, se encontrarán el bucólico paseo de Los Andenes y, a sus espaldas, campo, casas y naves en ruina y, frente a ellos, la nada.

El Ayuntamiento confía en que entre ambas imágenes se extienda tras esa nada un bulevar que también deja muchas incógnitas por resolver, como los tragaluces que condicionarán cualquier proyecto urbanístico y que, en algunos puntos, harán más que difícil que aquello sea un paseo en linea recta porque el diseño de estas gigantescas luminarias se ha hecho a lo ancho del mismo.

El equipo de gobierno ha tasado en 2,5 millones de euros esta inversión que, a día de hoy, sigue siendo una incógnita porque hay un deseo de que se convierta en un espacio urbano de nuevo diseño que acerque a Orihuela al siglo XXI, algo que tan difícil es encontrar muchas veces en este municipio.

Encuesta

El encargo de una encuesta que durante un mes colgó el Ayuntamiento en su web fue un fracaso pues menos de un centenar de personas contestaron a un cuestionario que, si habían dudas, habría sido mucho más fácil y mejor resolver a través de consultas con asociaciones -desde vecinos a colectivos profesionales de todo tipo- que el estar pendientes del resultado de la pantalla del ordenador y más cuando el número de visitas ha sido tan decepcionante.

El equipo de gobierno apenas habla de este proyecto que será el más importante para Orihuela de los últimos años y que lleva camino de convertirse en otro «muerto» viviente y eso que tiempo han tenido todos los que han pasado por la Alcaldía para resolverlo.

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