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El trasvase se recorta a 15 hectómetros y los regantes urgen abrir los pozos de sequía

El decreto del Gobierno prevé la extracción de hasta 25 hectómetros cúbicos de los acuíferos cuando la CHS lo considere necesario

Una imagen de 2008 de un pozo de sequía que comenzó a funcionar con telemando. LOINO

Los regantes dijeron ayer por primera vez que es hora de reabrir los pozos de sequía de la cuenca del Segura, lo que no ha sido necesario durante los últimos siete años, pero ahora sí, por la sequía, y eso es algo que les preocupa mucho más que las amenazas del Gobierno de Castilla-La Mancha de cerrar el trasvase del Tajo por el descenso de las reservas en sus pantanos de cabecera, Entrepeñas y Buendía. En cualquier caso, parece que el Ministerio sí está escuchando a Castilla-La Mancha pues hoy el BOE publica que finalmente vendrá al Levante español sólo 15 hectómetros en septiembre, cinco menos de lo enviado en el último mes.

Tanto Eladio Aniorte, Asaja, como Ernest Blasco, la Unió, reiteraron que el envío de agua sigue garantizado a día de hoy por el Gobierno, diga lo que diga el presidente manchego Emiliano García-Page, pero mientras el primero espera que este verano tan caluroso dé paso a una gota fría, el segundo planteaba ya la necesidad de poner en marcha los pozos de sequía del Segura, algo que ya se prevé en el decreto de sequía firmado por el Gobierno y que permitiría extraer hasta 25 hectómetros cúbicos del subsuelo. Estas infraestructuras que se nutren de los acuíferos salvaron muchas cosechas entre 2005 y 2008.

Ernest Blasco recordó que es el momento de echar mano de estas reservas hídricas, englobadas en la Batería Estratégica de Sondeos desarrollada en la cuenca del Segura: «Es un importante recurso que se puede utilizar en momentos duros» y emplazó a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) a iniciar la extracción de agua subterránea porque «tiene que ser consciente de que no ponerlos en marcha contribuye a aumentar la polémica, más cuando existe un decreto de sequía». Los pozos se distribuyen a lo largo de Albacete, Murcia y Alicante y no sólo garantizarían un aporte al riego, sino abastecimiento urbano y el caudal ecológico del regadío tradicional si fuese necesario. Ahora bien, la CHS por ahora no se ha pronunciado.

Ernest Blasco dijo que, aunque se va a seguir aportando agua del Tajo al Segura, diga lo que diga La Mancha, la CHS tendría que poner ya en funcionamiento los pozos, «siempre bajo la supervisión de técnicos y expertos para no sacar más agua de la que entra» e insistió en que «a los que llevamos años en esto nos resulta cansino seguir hablando de guerra del agua. En España hay agua suficiente para todos si se distribuye bien, y aquí hay recursos para extraer de pozos y salvar la situación, lo cual no quiere decir que renunciemos al trasvase, porque es una infraestructura que está hecha y no vamos a eliminarla ahora», continuó.

Mientras tanto, Eladio Aniorte calificaba las declaraciones de los últimos días del presidente manchego, Emiliano García-Page, de «serpiente de verano. Eso es victimismo. El trasvase es competencia del Gobierno y éste no va a dejar de traer agua». El sindicalista recordaba que «Castilla-La Mancha se embolsa 45.000 millones de las antiguas pesetas gracias al trasvase cada año. Hay que recordar que el primer uso del agua es para beber y lo de cerrar el trasvase no se lo creen ni ellos». El responsable de Asaja recordaba que el agua ha sido fuente de riqueza para la provincia y la Región de Murcia y «ésta la administra el Estado por eso no se va a cortar nunca. ¡Nunca!», reiteró.

«Blindado»

Blasco también insistió en esa idea de que el trasvase Tajo-Segura está «blindado legalmente» y valoró que Castilla-La Mancha, «no lo va a cerrar bajo ningún concepto» y señaló que el tema de la escasez de agua «se sigue utilizando de forma oportunista en términos políticos» y restó importancia al «alarmismo» que se está intentando generar con respecto al déficit de reservas hídricas en los pantanos de cabecera. «Si durante 30 años se ha considerado que debía de haber una reserva mínima de 260 hectómetros cúbicos y sólo a partir de ahí se podía trasvasar, ahora ese límite se ha establecido en 400 hectómetros cúbicos. No pueden decirnos que están bajo mínimos cuando tienen un nivel de 398 hectómetros cúbicos y hasta el año pasado sólo se mantenían 260» prosiguió. En este sentido, dijo que «la Ley que ha aumentado la reserva mínima a 400 hectómetros cúbicos da un margen de varios años para poder alcanzar esa cifra, ya que no puede haber una variación de reservas tan grande de la noche a la mañana. Hay flexibilidad para poder seguir trasvasando agua», continuó.

Entre hoy y el lunes está previsto que el Gobierno autorice el último desembalse del Tajo. Los regantes esperan que sean 20 hectómetros de los cuales 13 hectómetros irían a parar al consumo humano y los siete restantes al riego. Cualquier cantidad por debajo de esos 20 hectómetros preocuparía, y mucho, a los agricultores, porque supondría considerar que las amenazas de Castilla-La Mancha están siendo escuchadas. Aniorte concluyó afirmando que es muy cierto que el campo tiene una enorme incertidumbre, «pero más por decidir qué va a plantar en la actual situación que preocupados por el trasvase».

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