La recreación del barco histórico pailebote Pascual Flores regresa la semana que viene al puerto de Torrevieja tras los trabajos realizados en Algeciras para determinar su estado de conservación y que, de momento, solo pueden garantizar su flotabilidad para que pueda regresar al puerto de Torrevieja en los próximos días.
Las primeros datos indican que las condiciones de la nave histórica no son todo lo buenas que el anterior equipo de gobierno del PP difundió ante la opinión pública antes de anunciar, a finales del mes de abril, un preacuerdo de cesión con la Fundación Nao Victoria, especializada en la puesta en valor de este tipo de navíos históricos para que se hiciera cargo de su mantenimiento y la difusión del patrimonio náutico de Torrevieja.
A falta de profundizar en el informe técnico, el nuevo concejal de Cultura Alejandro Blanco (Sueña Torrevieja) explicó que el documento explica que los palos están rajados transversalmente, la capa de impermeabilización muy deteriorada y resquebrajada y el motor pierde aceite. Blanco, para resumir, incluso hizo referencia a que el barco «hace aguas».
El concejal explicó que en Algeciras se llevaron a cabo exclusivamente labores de urgencia para garantizar la flotabilidad del pailebote, con su calafateado. Fuentes municipales matizaron ayer que el estado del Pascual Flores, una nave que no tiene ni diez años de vida y que nunca ha navegado, es peor del que se esperaba pero en ningún caso irrecuperable. Los problemas técnicos se derivan de la falta de mantenimiento -muy caro- y falta de uso.
La adjudicación recreación de este barco del original construido en la bahía de Torrevieja hace ahora un siglo costó a las arcas municipales más de cuatro millones de euros, sin contar otros gastos, por empeño del exalcalde Pedro Hernández (PP), que quiso, sin lograrlo, convertirlo en buque insignia y escuela de vela de la Generalitat. El preacuerdo con la Fundación Nao Victoria, cuya tripulación fue la que trasladó el barco hasta Algeciras, fue la primera solución a la falta de uso de una inversión que desde su culminación en 2008 ha estado atracada en el puerto como parte de un museo sin navegar. El concejal consideró prematuro pronunciarse sobre si la alternativa de ceder el barco a la entidad andaluza seguirá en pie para darle un uso.
