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El Consell es incapaz de frenar la plaga de los pinos en la Vega que ya llega a la costa

Medio Ambiente sólo ha destinado 100.000 euros al control del Tomicus Destruens, que en Guardamar ha arrasado 200 árboles

El Consell es incapaz de frenar la plaga de los pinos en la Vega que ya llega a la costa

La plaga del Tomicus destruens continúa avanzando sin control por la Vega Baja arrasando miles de pinos. Tras devorar enormes pinadas en Orihuela o Redován y seguir causando estragos en otras muchas localidades, el temido insecto ha avanzado hasta el litoral y ya ha fulminado 200 árboles en Guardamar del Segura, que concentra una de las pinadas más grandes de la comarca. Todo ello frente a una actuación de la Generalitat Valenciana claramente insuficiente que sólo ha destinado 100.000 euros en los últimos cuatro meses para hacer frente a esta catástrofe medioambiental y mientras se anuncia que esa cantidad «puede alcanzar los 300.000 euros al concluir 2015». Las irrisorias ayudas del Consell han puesto en pie de guerra a los alcaldes, muchos de ellos del PP, que evidencian su malestar al ver cómo se están perdiendo unos recursos naturales de valor incalculable.

El concejal de Medio Ambiente de Guardamar del Segura, Juan Ortiz, aseguró ayer que en la pinada municipal, cuya conservación corresponde a la Generalitat, las brigadas del Consell ya han talado 100 árboles destruidos por el Tomicus, mientras hay otros 50 más infestados. El edil dijo que éstos últimos «están actuando como una trampa que protege la pinada dado que atrae al insecto». De igual modo se ha detectado otro foco en la ladera del Castillo que ha fulminado otros 50 pinos. Ruiz trasladó que para frenar la plaga se han colocado en la pinada dos trampas de feromonas, asegurando que son «más que suficientes».

No obstante, esas trampas parece que no han servido de gran ayuda para frenar la plaga en Redován, donde el Ayuntamiento colocó 15 y el insecto ha arrasado más del 90% de la pinada. La administración local ha invertido 130.000 euros en frenar la plaga, retirar árboles infestados y replantar hasta 100 nuevos algarrobos. La brigada del Consell que trabaja en la destrucción de árboles con Tomicus sólo permaneció en la Sierra una semana y, aunque que la conservación de este espacio corresponde a la administración autonómica, los operarios no han vuelto desde entonces. Otros municipios como Callosa o San Miguel de Salinas siguen sufriendo la expansión de la plaga, mientras este último ni siquiera aparece en los datos del Consell.

Brigadas

A pesar de las reclamaciones y quejas que han presentado numerosos ayuntamientos ante los responsables de la Conselleria de Medio Ambiente para exigir que las brigadas acudieran a sus localidades, lo cierto es que la Generalitat ha hecho caso omiso y, al parecer, ese equipo va rotando por todos los municipios de la provincia, por lo que no da abasto. Esa brigada tampoco ha llegado a Benejúzar, donde el Ayuntamiento ha destinado 30.000 euros para que una empresa ataje la plaga antes de que siga extendiéndose por el paraje de la Pilarica, donde hay siete focos.

Tal es la pasividad del Consell ante todo este asunto que ningún responsable de la administración autonómica se ha dignado a visitar la Vega Baja en los últimos meses para conocer de primera mano la magnitud del problema. Tanto es así que el organismo de Conservación de Carreteras del Estado ha tenido que talar decenas de árboles muertos en el entorno de la N-332 en Orihuela para evitar que la caída de árboles a la calzada pueda producir accidentes. Mientras tanto, las ayudas que anunció Diputación se reducirán finalmente a tan solo tres subvenciones de 33.000 euros para tres de los municipios más afectados de la provincia puesto que la conservación de estos espacios naturales corresponde al Consell y la actual legislación le impide asumir competencias ajenas. Y mientras tanto, la plaga sigue expandiéndose.

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