«En estos años, nunca he perdido los ánimos. Sabía que este momento iba a llegar». Así se expresaba ayer María del Carmen García, la madre de Benejúzar que prendió fuego al violador de su hija, tras pasar su primer día en libertad al obtener el tercer grado penitenciario y regresar por la noche a Fontcalent para seguir cumpliendo su condena. A partir de ahora, estará en un régimen de semilibertad. La mujer ha pasado tres años y medio en prisión de los cinco y medio a los que fue condenada por la muerte de Antonio Cosme. En este tiempo, su abogado Joaquín Galant, su familia y una treintena de asociaciones han intentado la liberación de María del Carmen. En agosto de 2018, la madre de Benejúzar terminaría su condena (descontando el año que estuvo en prisión preventiva y los días que se presentó al juzgado cuando salió en libertad) y ahora ha obtenido el tercer grado. No es la primera vez que pisa la calle, ya que sólo en el último año ha disfrutado de seis permisos para ver a su familia. El que en ninguno de ellos se registraran incidentes es un factor que ha pesado, entre otros, a la hora del cambio de régimen.

Tercer grado para María del Carmen García

Ayer sobre las 11.30 horas de la mañana su familia fue a recogerla a la prisión de Villena para pasar el día juntos. Por la noche, la mujer regresó al penal de Fontcalent donde tendrá que cumplir el resto de la condena. No está previsto que hoy salga, porque aún debe actualizarse su expediente, explicó ayer la familia a las puertas de la prisión. «No sabemos cuánto puede tardar. Nos han dicho que serían dos o tres semanas», apuntaron, a lo que añaden que «es algo que depende de ellos». En esas semanas de espera, a la familia sólo les queda informarse de los horarios de visita de la nueva prisión e ir a ver a María del Carmen mientras espera la semilibertad. El cambio de centro se ha hecho con vistas al cumplimiento del tercer grado, ya que les resulta más fácil ir a Fontcalent desde su domicilio para recogerla y llevarla. De momento, la vecina de Benejúzar se ha llevado a la prisión material para hacer manualidades mientras le llega la ansiada libertad. «Todos estamos muy contentos», aseguró, pero al ser preguntada mantuvo que «hay cosas sobre las que no se puede pasar página».

María del Carmen pasó ayer el día entre lavadoras y maletas. «Hay que preparar todo para el traslado a la nueva cárcel», relató. Después, sí hubo tiempo para que se marchara a comer con la familia, aunque pronto la hora se les echó encima. A las 18.30 horas, tenía que comparecer en Fontcalent. El ambiente era muy distinto ayer al de aquel 8 de mayo de 2014 en que ingresó en prisión para cumplir condena. Esta vez la familia la dejaba en el penal sabiendo que pronto la tendrían de vuelta en casa.

«He soportado la cárcel por mis hijos y mis nietos»

«Aún no me lo creo que me hayan dado por fin el tercer grado. Han pasado tantos días desde que me lo dijeron...», aseguró ayer a los periodistas a la entrada de Fontcalent. María del Carmen quiso agradecer los apoyos que había recibido durante todo este tiempo «y la paciencia que han tenido conmigo porque la cosa ha sido de paciencia». «Llevamos 19 años de castigo. Las arrugas que me han salido son muchas», aseguró. Hace un mes cumplió los 65 años, lo que supone que ya es una jubilada. La obtención del tercer grado implica que el interno sale de la prisión por la mañana para ir a trabajar y regresa por la noche a dormir. María del Carmen dijo que el pilar durante todos estos años han sido primero sus hijos y luego sus nietos. También está cuidando a su marido de un cáncer de laringe que le diagnosticaron en plena efervescencia del caso.