La tensión que han vivido en las últimas semanas los dos principales socios del Botànic, con rifirrafe de calado incluido como fue la bronca en Twitter por la renta de inclusión, se está expandiendo a la Diputación de Alicante, un entorno político en el que el PSPV y Compromís han ido de la mano en numerosos posicionamientos. Las tiranteces entre ambas formaciones no suelen ser comunes en la corporación provincial, donde cada partido muestra su postura independientemente, pero que confluye casi siempre a la hora de hacer oposición al equipo de gobierno del PP que lidera César Sánchez. Sin embargo, a un año de las elecciones municipales y autonómicas los partidos del Botànic se esfuerzan por ganar audiencia propia en su doble batalla por gestionar la Generalitat sin que afloren demasiado las diferencias intentando, a la vez, crear un espacio electoral propio.

En la Diputación de Alicante las discrepancias entre el PSPV y Compromís han asomado la cabeza en relación a la inclusión de siete millones de euros en «ayudas a dedo» en el Plan de Obras Financieramente Sostenibles para 2018. En esos siete millones el PP ha «colado» las polémicas subvenciones que iban a los pueblos de sus vicepresidentes y de un diputado, entre ellas la que una juez ordenó paralizar de forma cautelar. Es en este punto donde Compromís ha dicho que no tragará. La coalición se cierra en banda a dar su visto bueno al plan de obras sostenibles tal y como lo ha presentado César Sánchez y ha anunciado que solicitará al juzgado la ampliación de la demanda contra las subvenciones «a dedo». El portavoz de la coalición, Gerard Fullana, entiende que existe dolo para engañar al juzgado y sostiene que no se puede reabrir un acto administrativo como la concesión de estas ayudas, que tiene una resolución judicial pendiente, y hacer una «estratagema para saltarse la resolución».

El PP retiró las ayudas «a dedo» por la fuerte polémica que ocasionaron, por la presión judicial y tras acordar una propuesta con el PSPV para hacer unos nuevos criterios de reparto. Ahora las ha «colado» en el Plan de Obras Financieramente Sostenibles, lo que no ha gustado nada a Compromís, que entiende que César Sánchez quiere forzar la negociación incluyendo en esas ayudas nominativas pueblos que comprometen a Fullana. Para el PP, las ayudas para el mismo objeto -un polideportivo en Busot, una mejora en el centro deportivo de La Nucía y un mercado en Mutxamel- pueden volver a ser adjudicadas con un nuevo acto administrativo y bajo los nuevos criterios al haberse extinguido el anterior ya que se retiraron.

Chulvi se reivindica

El PSPV le ha dado la mano al PP en en el asunto de las sostenibles. Acepta el plan, dotado con 30 millones de euros, y, eso sí, ha sacado la cabeza por Pego -con alcalde socialista- para que logre una subvención directa para un proyecto de redacción. El portavoz del PSPV, José Chulvi, apunta que «las cosas siempre pueden mejorarse» y recuerda que no es el plan de obras que más le gusta al haberse incluido en el mismo los catorce millones de euros del Fondo de Cooperación Municipal del Consell, que para Chulvi es una «engañifa». Sin embargo, defiende que ya se resolvió el conflicto de las ayudas «a dedo» con la propuesta socialista de cambiar los criterios de adjudicación.

Por todo ello, tilda la estrategia de Compromís de «paralizante». «No creemos que paralizar todo sea bueno ni para la institución ni para los ayuntamientos», señaló Chulvi en una clara alusión a la postura ejercida por Compromís. Es más, el líder de la bancada socialista apuesta por dar su visto bueno en la comisión de la semana que viene donde se abordará el plan para que pueda ir al pleno extraordinario el día 23 de mayo.

El PSPV y la coalición que lidera Mónica Oltra han vivido tensiones en las últimas semanas en su pugna taciturna por hacerse con el electorado progresista. Se han evidenciado en la equiparación salarial de los trabajadores del Instituto Valenciano de Acción Social (Ivass) o en la renta de inclusión, con una bronca en Twitter en la que Oltra llamó «partido ultra» a sus socios. El desmarque por un espacio propio va encontrando encaje, cada vez más, en la Diputación de Alicante.