El PP va a poner toda la carne en el asador tras recuperar el gobierno de Alicante. Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, se va a volcar con Luis Barcala. Hasta el punto de que será el primer presidente del Gobierno que, durante la actual etapa democrática, visitará el Ayuntamiento de Alicante. La agenda de Rajoy para el próximo sábado, aún no oficial pero ya prácticamente confirmada, incluye el viaje en AVE desde Madrid, la fotografía conjunta con el alcalde en el consistorio en una imagen histórica y, posteriormente, un acto de importante movilización para más de mil personas al aire libre en el parque de El Palmeral que se celebrará al mediodía en apoyo de Barcala con presencia de Isabel Bonig, según explicaron fuentes del PP.

No estamos, por tanto, ante una visita de segundo orden. Alicante se ha convertido en una de las alcaldías de España más importantes que está en manos del PP y, además junto a la Diputación, es un eje estratégico que ahora pueden aprovechar los populares para atacar al Consell del Botànic, minar a la izquierda en la Comunidad Valenciana y tratar de frenar el avance de Ciudadanos. Así que la inesperada llegada de Barcala al consistorio alicantino supone un balón con mucho oxígeno para el PP. Una oportunidad que los populares no quieren dejar pasar. Y, en este sentido, la presencia de Mariano Rajoy en la ciudad es la evidencia de que para la formación, lo que ocurra en Alicante durante el próximo año se ha convertido en una prioridad para «vender» el mensaje político del PP de cara a la cita de 2019.

Será la tercera visita de Rajoy a la provincia en lo que va de este año. Ya estuvo en el aeropuerto de El Altet para prometer una lluvia de millones que luego no se ha visto reflejada, sin embargo, en los presupuestos generales del Estado para 2018. Luego acudió a Elche para un acto del PP con empresarios y autónomos, capas de la sociedad a las que está llegando nítidamente el discurso de la «nueva derecha» que encarna Ciudadanos. Y ahora visitará la ciudad por vez primera desde hace casi cinco años cuando viajó para apadrinar la llegada del tren de alta velocidad en un acto que estuvo marcado por su incomodidad junto a la entonces alcaldesa, Sonia Castedo, imputada por corrupción y ahora pendiente ya de sentarse en el banquillo para enfrentarse al juicio.

Junto a Luis Barcala, convertido de facto en candidato a la Alcaldía de Alicante del PP para 2019 tras llegar al gobierno después de que su nominación estuviera en el alero, la otra gran beneficiada, sin duda, es Isabel Bonig, que «a rebufo» de la nueva escena política alicantina, gana cuota de pantalla junto a a Rajoy. Tras la reunión del comité de dirección del PP, Bonig lanzó ayer dos mensajes claros que, con toda seguridad, repetirá durante la convocatoria del sábado en Alicante. Descartó que los diputados del PP vayan a presentar enmiendas a los presupuestos en Madrid y defendió que la inversión es «adecuada» a pesar de que, en el caso de la provincia, sigue muy lejos de la media. «Las principales obras estratégicas para la Comunidad están absolutamente todas», aseveró al tiempo que anunció otra ofensiva más para agitar el conflicto lingüístico. Pedirá al Gobierno que convoque la comisión mixta con la Generalitat para intentar que rectifiquen el nuevo modelo del plurilingüismo. Serán dos ejes de la batalla electoral para el PP.