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Pedro Sánchez: «Con el ala moderada de Podemos sí es posible lograr un acuerdo de Gobierno»

El aspirante socialista a La Moncloa reconoce que el modelo de pacto a la valenciana le gusta, pero «no daban los números»

Pedro Sánchez: «Con el ala moderada de Podemos sí es posible lograr un acuerdo de Gobierno»

Vicent Andrés Estellés, hecho estatuilla, observa desde la espalda del candidato. «Animal de records, lent i trist animal». La charla es en su casa, simbólica, la Casa de la Cultura de Burjassot, el municipio del poeta. Pedro SánchezPedro Sánchez rodeado de militantes y cargos socialistas experimenta algo así a aquello que Jorge Guillén decía de Lorca. «Cuando está Federico no hace ni frío ni calor: hace Federico». Claro que el efecto en los líderes políticos es efímero, condicionado al tiempo de los telediarios. El candidato se relaja en el despacho donde se realiza la entrevista exclusiva para INFORMACIÓN sin perder el gesto serio, concentrado, roto en ocasiones por una risa que es carcajada sonora. Una pluma que extrae de la americana le sirve de herramienta antiestrés. Sobre la mesa, agua y café, negro y denso.

¿Con quién va a pactar tras las próximas elecciones después de que no prosperara el acuerdo con Ciudadanos tras el 20-D?

Creo que la gran lección de estos cinco meses de legislatura fallida es que si el PSOE no es primera fuerza política no habrá cambio. Además, yo pacto sobre políticas, no sobre sillas. Entre las 200 medidas del acuerdo con Ciudadanos estaba recuperar la universalidad de la sanidad pública, crear un ingreso mínimo vital para 720.000 hogares que no tienen ninguna prestación o reformar el sistema de financiación autonómica... Lo que quiero decir es que estuvimos en las soluciones mientras otros estaban en las sillas y a partir del 26 de junio haremos lo mismo.

¿No cree que sus votantes ven mejor un acuerdo con Podemos y desconfían del pacto con Ciudadanos?

Antes al contrario. El acuerdo con Ciudadanos es progresista y lo refrendó el 80 % de la militancia socialista. Obedecía además al mandato de cambio transversal de los ciudadanos. Nosotros obedecimos y desgraciadamente no contamos con el apoyo de Iglesias. Su problema nunca fue el contenido del acuerdo ni Ciudadanos; su problema era tener que votar a favor de un presidente socialista. Se equivocó de adversario, que nunca es el PSOE, sino el PP.

Pero a usted no le gusta el modelo de pacto a la valenciana, ¿no?

Sí que me gusta.

¿Y qué impide que no funcione para España?

Que no daban los números. Si hubiera habido un bloque de izquierdas mayoritario en el Parlamento, yo hubiera hecho un gobierno a la valenciana. El problema es que los españoles no dijeron sí a un bloque de izquierdas ni a uno de derechas. Los españoles nos dijeron que el gobierno fuera de un cierto mestizaje ideológico. Eso pretendí. Y lo que hemos aprendido es que el cambio no tiene intermediarios, que quien quiera cambio ha de apoyar al PSOE. Luego, yo seré generoso, no vetaré a ninguna fuerza del cambio.

¿Cabe el PP en ese mestizaje ideológico o la gran coalición es el suicidio del PSOE?

Quien desea la gran coalición se llama Pablo Iglesias. No digo que no quiera poner fin al Gobierno de Mariano Rajoy, pero siempre antepondrá que no gobierne el PSOE. Como consecuencia de su intransigencia nos vemos abocados a nuevas elecciones. Pero no quiero mirar atrás.

Los españoles pueden sentir también desencanto al ver incumplido su mandato de cambio.

Sí. Y en el reparto de responsabilidades algunos hemos estado en la solución y otros, en el bloqueo.

Supongamos que tras el 26-J Podemos tiene un escaño más que el PSOE. ¿Respaldaría un gobierno encabezado por Pablo Iglesias?

Por responderle, yo creo que el PSOE va a ganar las elecciones, que estamos en mejores condiciones que el 20-D para hacerlo, porque la mayoría de españoles ha visto en el PSOE la verdadera fuerza del cambio y no en sus intermediarios. A partir de ahí, Iglesias dijo que quería articular la unidad de España y de lo que habla -y ha sido uno de los principales escollos para entendernos- es del derecho a la autodeterminación. Está metiendo además al PP en un callejón sin salida, porque nadie quiere pactar con Rajoy.

¿Cambiarían las cosas si Rajoy da un paso a un lado?

Cambiarían para Ciudadanos, no para el PSOE, que es la alternativa. El problema es que España no merece ser dominada por los extremos.

Parece que su rival político no sea Rajoy sino Iglesias, aquel que aspira a sustituir al PSOE.

Me parece legítimo que un partido quiere ganar a otro, pero lo tiene que hacer diciendo la verdad. No puedes decir que te presentas para poner punto final a Rajoy y darle luego una segunda oportunidad. En cinco meses hemos escuchado de todo para volar los puentes de entendimiento con el PSOE. Creo que en Podemos ha habido un debate y desgraciadamente triunfó el ala dura que representan Monedero e Iglesias y fracasó la moderada que representa Errejón.

También ha habido debate en el PSOE.

La diferencia es que era sobre contenidos. Sobre la estrategia de acuerdo dijimos que no queríamos pactar con el PP, porque somos alternativa. Iglesias dijo que la línea roja era la autodeterminación de Cataluña y nosotros somos un partido constitucionalista, que defiende la integridad territorial de España reconociendo su diversidad. Defendemos el derecho a convivir unidos, no el derecho a vivir separados que defiende Iglesias. Y eso bloquea cualquier acuerdo.

El PSOE está apoyado por Ciudadanos en Andalucía y en otros ayuntamientos, como el de Valencia, respalda a confluencias o Podemos?

Y en Granada hemos llegado a un acuerdo con Podemos y Ciudadanos.

Porque había un problema de gobierno por la corrupción?

¿Y en España qué? Tenemos de presidente al presidente de un partido imputado, embargado y al que las autoridades comunitarias amenazan con embargar por no haber cumplido sus objetivos. Quiero decir que, ante un panorama tan brutal, veo al PSOE como el único con capacidad de acordar soluciones.

¿Solo con el PP y Ciudadanos?

Podemos y Ciudadanos dijeron antes del 20-D que venían a dejar atrás el 'y tú más' y lo que hemos visto después es un veto no a las políticas, sino nominal. La peor de las medidas del acuerdo con Ciudadanos hubiera sido mejor que sostener a Rajoy para un partido que se dice de izquierdas. Y porque además, el acuerdo era de 131 diputados; siempre hubiéramos tenido que contar con Podemos. Pero Iglesias, insisto, vive mejor con Rajoy que con un gobierno socialista.

Ahora Podemos estará obligado a definirse.

Por eso creo que si somos primera fuerza política a partir del 26 de junio, el ala moderada de Podemos se impondrá a la dura de Iglesias y Monedero, porque se habrá demostrado el fracaso de una táctica electoral que solo ha retrasado el cambio.

Hablaba antes del derecho a decidir. ¿Realmente se puede afrontar la cuestión catalana sin realizar una consulta cuando Cataluña diseña ya la desconexión?

Por supuesto. El trabajo de los políticos es intentar acordar una solución que luego sea refrendada por la sociedad. Pero no puedes plantear una pregunta para romper. Nosotros planteamos la reforma constitucional. Y eso ha de significar la culminación de un nuevo orden territorial que en 1978, con aquellas circunstancias históricas, no fue posible. Estamos hablando de la financiación autonómica, de que el título octavo reconozca los nombres de las comunidades y del Senado como cámara territorial. Medidas que articularían mejor la unidad de España.

¿Cuál es el límite de la federalización?

La ruptura de la soberanía nacional. Podemos e IU plantean el derecho a la autodeterminación de los pueblos, que nunca tuvo sentido en los debates en los cuarenta años de democracia. En 1978 más del 70% de los catalanes dijo sí a la Constitución y el Estatuto. Estoy convencido de que los catalanes no quieren separarse de España, quieren convivir con el resto de españoles de otra forma, y creo que eso la Constitución lo reconoce y hay cauces para ello.

¿Se considera un nacionalista español?

No, nunca. ¿Yo? La izquierda, más que nunca, ha de ser internacionalista y no independentista. Hoy es tolerancia y diálogo, no intransigencia. Reconozco la diversidad, pero como dijo Francisco Tomás y Valiente entiendo que tiene sentido en tanto en cuanto la síntesis, la integridad, se salvaguarda.

¿En qué momento debe dejar un político el cargo público si se ve implicado en un caso de corrupción? ¿Dónde pone su línea roja?

En el código ético del partido y en el convenio con Transparencia Internacional la pusimos en la apertura de juicio oral. Cuestión distinta, y es la puerta que hemos abierto, es la gravedad de los casos. Hay algunos tan evidentes que no es necesario ni esperar a la imputación.

Los estatutos del PP también fijan esa línea roja y es la que invoca Rita Barberá cuando le dicen que tiene que irse.

Yo creo que la línea roja debería ser esa. Otra cuestión es la gravedad de los casos. Barberá tiene a todos los concejales del PP imputados y está siendo investigada por blanqueo, por financiación irregular. La asunción de responsabilidades puede ser antes o más tarde en función de la gravedad del delito. En el caso de Rita Barberá lo debería haber hecho hace tiempo. Hasta Rajoy no parece estar muy orgulloso de ella y se va a una localidad pequeña cercana a Valencia para no coincidir con ella.

¿A usted cuánto daño le ha hecho el caso de los ERE de Andalucía?

No hablaría en términos cuantitativos. Cualquier caso de corrupción afecta, y afecta más a la izquierda, pero aprecio la respuesta contundente del Gobierno de Andalucía a este caso. Ahí me quedo.

¿Por qué se lleva tan mal con Ximo Puig, o al menos esa apariencia ofrecen?

Es de mi ejecutiva federal, vine a comprometerme con Valencia hace unos días... El PSOE no es un cuartel, es un partido de izquierdas, que tiene debates, muy intensos a veces, pero cuando se llega a un acuerdo nos ponemos todos a trabajar. Lo veo más como una fortaleza. Siempre he encontrado en Ximo un aliado y también una persona que defiende los intereses de los valencianos y las valencianas, como no puede ser de otra manera.

Han tenido un desencuentro muy grande a cuenta del acuerdo que Puig tenía prácticamente hecho para el Senado con Compromís y Podemos.

Nosotros no hubiéramos tenido ningún problema con Compromís. Me parece una gran hipocresía la de Iglesias cuando dice que quiere acudir con nosotros al Senado y ha estado cinco meses votando en contra de un gobierno con presidente socialista, incluso sin que le negara nunca la entrada en ese gobierno pese a los malos gestos y chantajes que me hizo públicamente. Con Compromís nos entendimos en las negociaciones y quien lo bloqueó fue el partido de Iglesias, no Mónica Oltra. La propuesta de Iglesias al Senado era darme la mano para poner la zancadilla al PSOE.

El precio para los socialistas será no sacar posiblemente ningún senador en la Comunidad Valenciana.

Creo que lo importante es que estamos en una encrucijada como país y necesitamos un gobierno de cambio, que hemos estado a punto y que no llegamos a ese acuerdo porque un partido nunca quiso que hubiera un presidente socialista y porque Podemos abraza tesis independentistas en Cataluña, País Vasco o Galicia. Que no haya acuerdo no significa que no defendamos los intereses de los valencianos. Mi compromiso es el Corredor Mediterráneo, las inversiones públicas y mejorar la financiación.

Antes de entrar en eso, ¿sin la propuesta de pacto a nivel estatal de Podemos hubiera sido posible la Entesa valenciana?

Con Compromís, sí. Con Podemos, no.

Se entiende bien con Mónica Oltra.

Me entiendo más y mejor con Ximo Puig (ríe). Con ella no he tenido grandes encuentros. La pena fue que en esta relación a nivel estatal entre Compromís y Podemos han triunfado las tesis duras de Iglesias y no las más conciliadoras de Errejón o la propia Oltra.

¿Sabe que ella pretende ser la presidenta de la Generalitat en 2019?

Nosotros tenemos un extraordinario presidente de la Generalitat que espero que cuente con la confianza mayoritaria de los valencianos.

Otra reflexión: ¿qué han hecho mal los socialistas valencianos para que Compromís-Podemos les haya comido la tostada si miramos los votos del 20D?

Creo que estamos en una realidad muy fragmentada y plural, y en momentos así se exigen partidos con capacidad de diálogo, con voluntad de llegar a acuerdos y con experiencia de gestión. Esas tres características las reúne el PSPV y el actual presidente.

En clave valenciana, la solución a la infrafinanciación es tema habitual en campaña, pero luego continúa igual. ¿Por qué tenemos que creerle a usted, cuando además es un tema que a Ciudadanos no interesa?

Muchas veces un acuerdo no es el 100 % de tu programa, pero la financiación de territorios como Valencia es un tema fundamental que incluimos y que ellos dijeron que sí. Es un compromiso que llevo muy en serio porque de lo que hablamos es de la igualdad entre españoles. La financiación autonómica no es más que garantizar la provisión de bienes públicos como la sanidad y la educación, y si algo define un proyecto socialdemócrata son las políticas del Estado del bienestar, con lo cual reformar la financiación autonómica es garantizar éste y la cohesión social.

¿Y de la deuda histórica nos olvidamos?

Tenemos que abrir un debate sobre la reforma de la financiación y dentro de él se podrá hablar de todo.

El Corredor Mediterráneo, otra eterna promesa que nunca llega. ¿Es una apuesta inmediata o terminará primero el Corredor Central por el que apuesta el PP?

Queremos ponerlo en marcha cuanto antes. El compromiso con el president Puig es empezar a licitar esta legislatura, como lo es también con otras inversiones que vienen en el acuerdo de hace unos días.

En la Comunidad se vive una intensa polémica sobre los horarios comerciales. ¿Es partidario de la libertad o del cierre domingos y festivos?

He sido concejal en Madrid, llevé temas de economía local y cuando trato este tema me pongo en la piel de un pequeño comerciante, autónomo, y del derecho que tienen a cerrar sus establecimientos para poder descansar. Cuestión distinta es que haya zonas turísticas, que están por ley, donde se pueda tener un horario más flexible. Pero en este debate yo siempre estaré del lado del pequeño comerciante y el autónomo, que tienen el mismo derecho que cualquier trabajador por cuenta ajena a descansar.

¿Cuál es su posición sobre la distribución del agua? ¿Defiende los trasvases o la autosuficiencia hídrica, como hace el Consell?

Defiendo un gran pacto del agua a nivel estatal. Es un debate muy vidrioso. Creo que con Zapatero como presidente y Cristina Narbona como ministra se articularon medidas positivas de modernización del regadío y de desalación, y creo que tenemos que ir por ese camino.

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