En un tenso pleno de la Diputación de Alicante, el Partido Popular, en boca de su portavoz, Carlos Castillo, dejó en el aire la posibilidad de que parte de los diputados de la oposición -integrada en la actualidad por PSOE, Compromís y Esquerra Unida- no perciban sueldo de la institución, lo que en la práctica supondría cerrar más el grifo a estos partidos desde el gobierno provincial, liderado por el PP y con Ciudadanos en la sombra. Castillo lo aseguró en una de sus respuestas al portavoz socialista, José Chulvi, y lo corroboró poco después, al término del pleno, a preguntas de este diario, al sostener que estará en manos del nuevo presidente provincial y alcalde de Calp, César Sánchez, otorgar una función específica en órganos de gobierno de la institución a los diputados de la oposición y, así, conceder la dedicación parcial a once de los catorce parlamentarios de PSOE y Compromís (los que no cuentan en esta legislatura con dedicación exclusiva). Esta disposición se añadió a través de una enmienda conjunta de PP y Ciudadanos.
Y es que en el pleno extraordinario y urgente de ayer se aprobaron el régimen económico de los diputados y también el reparto del personal de confianza. En el primero de los puntos, el PP, con el apoyo del representante de Ciudadanos, sacó adelante la distribución de las dedicaciones exclusivas. Es decir, de los sueldos. Los populares se quedan con 15 (tantos como diputados) de las 20 dedicaciones exclusivas, de casi 69.000 euros anuales. Las restantes se reparten entre el PSOE, que con 11 actas tendrá dos dedicaciones exclusivas, mientras que Compromís (con 3 diputados), Ciudadanos (1, pero socio de los populares) y Esquerra Unida (1) dispondrán de un sueldo completo para sus diputados.
El resto de parlamentarios (9 del PSOE y dos de Compromís) se quedan en la cuerda floja en cuanto a retribuciones, ya que estará en manos del presidente de la Diputación, César Sánchez, que cobren dedicación parcial. Es decir, un sueldo de 51.500 euros.
Por otro lado, también se dio luz verde ayer al reparto de asesores, que de nuevo beneficia a la formación de Albert Rivera, representada en la Diputación en la figura de Fernando Sepulcre, al que el socialista Chulvi llevó a calificar de «presidente de facto». En este caso, de 29 personas de confianza, 23 serán para el PP. Mientras que los otros seis asesores se reparten con unos parámetros que no gustan a la posición, según dejaron constancia ayer en el pleno. De hecho, presentaron dos enmiendas, que fueron tumbadas. Y todo porque Ciudadanos vuelve a resultar «ganador» en la distribución de los cargos de confianza. En este caso, el PSOE se quedará con dos asesores, los mismos que C's, pese a tener diez diputados más en esta legislatura. Los otros dos irán a manos de Compromís y EU. La reducción de asesores y dedicaciones exclusivas permitirá a la Diputación un ahorro anual de 405.000 euros.
En el pleno de ayer, como pasó en la Junta de Portavoces, la tensión estuvo presente en las intervenciones de los diputados. De hecho, el socialistas Chulvi habló de política «rancia». «Un diputado condiciona ahora la vida de la Diputación», dijo en referencia a Sepulcre, de C's. Mientras, el portavoz de Compromís aseguró que Ciudadanos es una «estafa» por faltar a sus promesas electorales, en relación a la austeridad.
