El PP hizo valer ayer su mayoría absoluta para ejecutar la sanción de un mes de suspensión en su condición de diputada de la portavoz adjunta de Compromís Mónica Oltra, 34 días después -una vez pasadas las europeas- de que el 8 de mayo se negara a ser expulsada del hemiciclo por el presidente, Juan Cotino, alegando que no había oído los tres avisos reglamentarios. El drama se desarrolló en dos escenarios. Arriba, el pleno, en reunión secreta por primera vez en los 31 años de historia de las Cortes, aprobaba la expulsión temporal de Oltra con el voto de los 52 diputados presentes del PP y en contra los 33 del PSPV, ya que tanto Compromís como EU se negaron a participar. Abajo, junto al ficus centenario de la Cámara, Oltra aguardaba junto a sus compañeros de escaño, el edil en Valencia Joan Ribó y asesores de la coalición, el veredicto. Todos con una pegatina en la solapa con el lema «#Mónica me representa». A las 10 se conoció el desenlace. Rodeada de una nube de gráficos y periodistas, hubo abrazos y aplausos. Desde arriba, por el ventanal, diputados del PSPV contemplaban estupefactos la escena.

La diputada, la primera suspendida en la historia de las Cortes -donde se han vivido 13 expulsiones- aguardó bajo el ficus que una ujier le notificara la pena a las 10.25 horas. Así ya no pudo asistir al plenario ordinario que arrancó cinco minutos después. Y le quedan 29 días más en los que no podrá presentar iniciativas ni asistir a los plenos y comisiones y perderá la mitad del sueldo (2.160 de 4.521 euros brutos). Antes, a la sesión secreta acudieron el expresidente Camps y la alcaldesa Rita Barberá, a los que la oposición reprocha sus ausencias a los plenos, y los consellers con escaño, María José Catalá, José Císcar y Serafín Castellano. En cambio, no asistió el jefe del Consell, Alberto Fabra, así como el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, y el diputado Rafael Ferraro.

Para garantizar la reserva, las puertas de acceso a las cabinas de prensa y al palco de invitados estaban cerradas con llave. La tensión se respiraba en el hemiciclo hasta que Cotino le dio a la maza y se desalojó a los periodistas. Fundido a negro. «Tiene la palabra el portavoz de EU», pronunció el titular de las Cortes. Pero, como no había nadie, nadie respondió. Luego nombró al de Compromís. El mismo silencio. Después le dio el turno al socialista Antonio Torres, que disparó contra Cotino, al que pidió su dimisión por su «parcialidad» y porque «está bajo sospecha». Finalmente intervino el popular Jorge Bellver, que cargó contra el «entreguismo vergonzoso» de los socialistas con los minoritarios. Acto seguido, se votó. En apenas 15 minutos, asunto ventilado. Los semblantes no engañaban: Los de Compromís y el PP eran ufanos, con Oltra lanzada a las primarias de la coalición que disputaría al síndic, Enric Morera.

En el jardín, Mónica Oltra clamaba. «Vamos a recurrir al TC porque no se puede producir por votación de la mayoría de Cotino, Camps, Barberá y los imputados que no sea diputada, porque diputada me hizo el pueblo, no ellos», dijo. La impugnación será inmediata y pedirá que TC paralice la sanción cautelarmente, así como que se aplique el procedimiento exprés. «Ya pueden tener miedo; vamos a luchar en los tribunales, en la calle y en las instituciones», aseveró. Ayer mismo, cargos de Compromís se concentraron ante el Ayuntamiento de Alicante en solidaridad y la coalición anuncia movilizaciones también en Valencia

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«El Día de la Ilusión»

Por contra, Bellver defendió que se han limitado a aplicar el reglamento y, tras ver «comedida» la actuación de Cotino porque no la suspendió ya el 8 de mayo, censuró al PSPV y a EU. A esta última le recordó la etapa en la que Oltra se fue con el Bloc dejando sin grupo a Esquerra Unida. «Es el PP quien desprestigia las instituciones cobrando sobresueldos mientras 150.000 valencianos no perciben ni un euro», asestó Torres. Ignacio Blanco, de EU, certificó: «Parados, desahucios, desnutrición infantil y el PP monta un circo para no hablar de los problemas reales». Tras el timbre de la Presidencia, comenzó la sesión ordinaria. Tres niños de los colegios ganadores del concurso escolar de la ONCE, entre ellos una pequeña invidente, entraron en el hemiciclo para verbalizar una petición a los diputados: Su apoyo al 'Día de la Ilusión'». Ilusión fue el pleno.