La Generalitat Valenciana vuelve a batir otro récord de capacidad para no sonrojarse y de vender humo a la opinión pública. El gobierno autonómico estrenó ayer el portal de transparencia GVA Oberta, una presunta «herramienta para dar más información a la ciudadanía de lo que hacemos en la Generalitat», como la presentó Alberto Fabra el pasado lunes, que el día de su estreno se reveló como un simple agregador de enlaces a páginas oficiales ya existentes sazonado con algunos archivos descargables -tres, en concreto- de contenido irrelevante. Ayer, el portal fue machacado tanto por la oposición como por las redes sociales. Lo cierto es que ni siquiera pudo cumplir con la principal expectativa creada por el jefe del Consell y por la directora general de Participación, María Barrios, en la presentación de la web: la cacareada publicación de todos contratos firmados por el Gobierno autonómico, incluidos los menores de 3.000 euros, sufrió «problemas técnicos», según apuntaron desde el Consell, y no funcionó durante toda la jornada.
Sí funcionaba y muy bien la portada de la web, en la que una sucesión de frases motivadoras de Fabra -«Es necesario transmitir transparencia y confianza a todos los ciudadanos», por ejemplo- fue ilustrada con gráficas sobre la distribución del presupuesto por consellerias que de puro genérico resultaban infantiles. Pero es al adentrarse en las secciones de la web cuando empieza a llegar de verdad el olor a humo. Porque en el apartado de «Participación» no se podían remitir sugerencias, porque un mismo usuario podría votar sin límites en la única encuesta disponible y porque el apartado «Pregunta a la Generalitat» remite a un simple formulario de contacto de una página oficial que ya existía.
Este mismo sistema de redirigir a contenidos ya elaborados se repite en las secciones de «procedimientos administrativos» y «carta de servicios» -ambas reconducen a la web principal de la Generalitat-. Asimismo, el título sobre patrimonio del ente autonómico se limita a exponer los bienes que están en subasta y a publicar la previsión de expropiaciones, dos opciones que ya ofrecía la web de la Conselleria de Hacienda y que sin embargo fueron anunciadas a bombo y platillo por Fabra como novedades del portal de transparencia. Además, quien quiera obtener información sobre el parque móvil de 1.121 vehículos que posee la Generalitat deberá conformarse con saber el número de automóviles asignados a cada conselleria y organismo público. La transparencia del Consell no entiende ni de tipo de coche, coste, ni rutinas de uso.
También se prometió un listado de altos cargos y su remuneración. En este caso se cumple con lo anunciado y se publica nombre y forma de contacto con consellers, secretarios autonómicos y directores generales, así como un documento pdf con su remuneración. Extraído, eso sí, de los presupuestos y por tanto, públicos por definición. Lo mismo ocurre con los presupuestos anuales y la cuenta general: ya existían y son simplemente conectados por un link.
Misma desgana en la sección de Empleados Públicos. La RPT (Relación de Puestos de Trabajo) se limita a enlazar al apartado del Diari Oficial de 17 de septiembre de 2013 donde se publica este listado. Para encontrar a un trabajador de cualquier organismo de la Generalitat, se redirige a una subsección de la web oficial que pide llenar hasta siete campos para hacer una búsqueda de empleados. El mismo sistema se aplica a las ofertas de contratos: es necesario saber exactamente qué se quiere buscar para encontrarlo, en lugar de poder ver la totalidad de lo que hay. Es la misma diferencia que hay entre hacer la compra en los pasillos de un supermercado y hacerla desde la caja nocturna de una gasolinera.
Sin noticias de contratos
El sistema fue incapaz de mostrar en toda la jornada el listado de contratos por «un error en el servidor que ralentizaba el acceso a algún área de consulta de la página», según declararon fuentes del Consell a Europa Press. Prometieron repararlo «en las próximas horas».
