Con indiferencia volvieron ayer a casa la mayoría de los alicantinos que se dieron cita a las 14 horas en el entorno de la plaza de los Luceros. Y es que el primer disparo del Concurso de Mascletàs Diurnas no llegó a cautivar del todo a los festeros, que llegaban con ganas de mucho más después de un año de larga espera.

Con exquisita puntualidad, la Bellea del Foc, Patricia Gadea, y la Bellea del Foc infantil, Nuria Menargues, dieron el tradicional permiso a los responsables de la pirotecnia Turis para que arrancara la primera mascletà del ciclo. Justo en ese momento, algunas gotas también hicieron acto de presencia, atrayendo por segundos la atención de alicantinos y visitantes. Sin embargo, el amago de lluvia no fue más allá y la pólvora se hizo con el protagonismo.

La mascletà arrancó con varias fases aéreas, salpicadas con truenos, silbatos y serpentinas, para dar el testigo a la principal novedad del disparo: unos efectos con truenos amarillos y negros, que apenas variaron la línea del disparo. Con las pasadas de fuego terrestre, la intensidad fue ganando cuerpo en la mascletà, aunque muy poco a poco.

Tras empezar la bajada en la zona de General Marvá, el momento decisivo se acercaba, pese a que al final no fue tan atronador como esperaban los aficionados alicantinos a la pólvora, ya que los responsables de la pirotecnia Turis habían adelantado que el terremoto iba a ser lo más recordado de su mascletà. Y fue largo, ya que se prolongó casi un minuto desde que se inició el terremoto final hasta que concluyó el tradicional bombardeo aéreo. Pero no suficiente. De hecho, algunos de los presentes destacaban al término del disparo que casi se había escuchado más el aplauso que se llevaron las Belleas al dar inicio a la mascletà que el dedicado a los responsables del disparo.

Hoy, será el turno para Pirotecnia Valenciana, que debuta de día en la plaza de Luceros.