La participación en la provincia de Alicante a las 18 horas era del 52,09%. A la misma hora en 2011 la participación era del 52,92%, lo que supone un descenso del 0,83% respecto a las pasadas elecciones autonómicas y municipales.

En la ciudad de Alicante, la participación a las 18 horas era del 50,21%, más de dos puntos por encima que hace cuatro años, que alcanzó el 47,86 por ciento a la misma hora.

La participación hasta las 14.00 horas en las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana había alcanzado un 42,31 por ciento del censo, 0,45 puntos menos que hace cuatro años.

La participación en las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana ha alcanzado a las 14 horas un 42,31 por ciento del censo, 0,45 puntos menos que hace cuatro años.

Estos son los datos oficiales que ha ofrecido en una rueda de prensa el conseller de Gobernación y Justicia, Luis Santamaría, que difieren ligeramente de los primeros estimativos que han aparecido en la página web habilitada por la Generalitat para estas elecciones.

Santamaría ha destacado "la normalidad con la que está transcurriendo la jornada ya que no se están produciendo incidentes relevantes".

Concretamente, en la provincia de Alicante, el porcentaje de personas que han ejercido su derecho al voto es del 40,13 %, lo que supone un descenso del 1,55% respecto a las pasadas elecciones autonómicas y municipales.

Por lo que respecta a la ciudad de Alicante, los representantes de la Administración han contabilizado hasta las 14 horas un porcentaje de participación del 38,39%, es decir, un 0,63% más que en los anteriores comicios.

El conseller ha destacado que el porcentaje de participación de la ciudad de Alicante es de 1,74 puntos menos con respecto a los datos registrados de participación en el resto de la provincia.

Un total de 3.609.224 ciudadanos están llamados hoy a las urnas en las elecciones autonómicas de la Comunitat Valenciana, repartidas en 5.763 mesas electorales (2.854 en Valencia, 2.197 en Alicante y 712 en Castellón), y 2.237 colegios electorales.

¿Conservará el PP en el poder en la Comunidad tras dos décadas en el Palau de la Generalitat? ¿Los socialistas podrán gobernar aunque se sitúen en los niveles más bajos de su historia? ¿Ciudadanos y Podemos confirmarán sus expectativas? ¿Qué papel tendrá, finalmente, Compromís? ¿Conseguirán los partidos de izquierdas una mayoría absoluta entre ellos para poder formar gobierno? ¿Esquerra Unida entrará finalmente en las Cortes? Estas y otras muchas incógnitas ligadas al futuro de municipios como Alicante, Benidorm o Elche comenzarán a despejarse esta misma noche, cuando comiencen a conocerse los primeros resultados de las elecciones. No son unos comicios cualquiera. La Comunidad afronta hoy la cita con las urnas más abierta e incierta de las dos últimas décadas, con el bipartidismo «rezando» para que la sangría de votos no les lleven por delante y con los partidos emergentes convencidos de que serán clave para formar el próximo Consell.

Las sensaciones van por barrios. El primero, el del PP. Los populares, con Alberto Fabra a la cabeza, se han marcado un reto para hoy. Tratar de salvar el tipo, reunir el 35% de los sufragios emitidos para intentar mantener la Generalitat... y después ofrecer un pacto a Ciudadanos, formación a la que están seguros de atraerse para apuntalar el Consell y decenas de gobiernos locales. En la sala de mandos de la calle Quart son conscientes de que las mayorías absolutas de antaño son ahora una quimera. Por varios factores. Uno de los más importantes, la corrupción que azota al PP.

Desde que Fabra asumió las riendas del Consell y del partido, no ha habido mes en el que los escándalos no hayan sido noticia. Gürtel, Brugal, el saqueo de la depuradora de Pinedo, el supuesto delito fiscal de Luis Díaz Alperi, la condena a Rafael Blasco por el desvío de fondos en las ayudas para el Tercer Mundo, la condena al exalcalde de Torrevieja Pedro Hernández Mateo por una adjudicación irregular, el ingreso en prisión de Carlos Fabra, la Fórmula Uno... Ha habido casos de corrupción de principio a fin.

El presidente regional del partido ha adoptado medidas para tratar de limpiar el partido y las instituciones, pero no ha podido librarse de que las investigaciones judiciales hayan copado la agenda política y mediática. Incluso, durante la campaña. El estallido del caso Rus -destapado por EU y en el que se han difundido unos audios en los que se escucha supuestamente al presidente de la Diputación de Valencia contando billetes de una mordida- y los polémicos gastos de representación de Rita Barberá y su equipo de gobierno en plena crisis -desvelados por Compromís a través de la web «Ritaleaks»- se han convertido en la guinda de un pastel que puede dejar al PP en niveles de respaldo de la década de los 80.

En el PSPV, por su lado, se puede producir una paradoja. En Blanqueries asumen que perderán apoyos respecto a los comicios de 2011, aunque la irrupción de nuevos partidos, por un lado, y que la sangría del PP podría ser mayor, por otro, abren una vía para que Ximo Puig pueda convertirse en el próximo presidente. Eso sí, previo pacto con el resto de fuerzas de izquierda. Los socialistas tendrían que sentarse con Compromís, Podemos y Esquerra Unida, siempre que esta última fuerza rebase la barrera del 5% de los votos, y negociar. El volumen de representación que obtengan las dos primeras fuerzas -una con Mónica Oltra al frente y la otra, con Antonio Montiel como representante de Pablo Iglesias, con sensación de ir a menos- puede ser clave para un pacto de izquierdas pero, sobre todo, lo será el futuro de EU justo en la ralla, de acuerdo con los datos, que garantiza el acceso a las Cortes.

Todo está en un pañuelo. Si EU consigue superar el listón del 5% de apoyos mantendrá el grupo parlamentario en las Cortes y podría garantizar un gobierno mayoritario de izquierdas. Pero si, por el contrario, se queda por debajo de ese guarismo, el PP tendría más fácil poder retener el gobierno. Así es la ley d'Hont. Así que todo el futuro del Consell está en el aire. Por un puñado de votos, por décimas en el caso de EU y por uno o dos escaños. Las primeras incógnitas se despejarán esta misma noche.