David y Álex Moreno proceden de una familia de ebanistas. Y tras jugar entre maderas, punzones, cepillos y gubias en su infancia cuando llegaron a la edad adulta decidieron seguir la estela del negocio familiar. Parecía el camino más fácil pero ellos decidieron dar un vuelta de tuerca más. A la empresa de la familia sumaron su sueño, Long Days. Esculpieron la madera con forma de patín y la tallaron para darle un toque retro y consiguieron dotar de singularidad a un producto que miman y cuidan para llegar a un consumidor que reconoce el trabajo que hay tras cada tabla.
Los hermanos Moreno han conseguido contagiar la filosofía de la empresa a otros artistas, ilustradores y diseñadores gráficos que trabajan de forma colaborativa para darle colorido a los «long boards» (un tabla más larga que los patines habituales y que le da al vehículo rodado una mayor estabilidad). La libertad para crear es esencial en este trabajo a varias bandas y los socios de esta empresa saben que cuando se da margen para soñar, los artistas extraen los mejor de uno mismo. Y así logran patín que ellos desean.
Son meticulosos con el producto y con el ADN de su empresa. David cuenta que «seguramente si hubiésemos hecho las cosas de otra manera podríamos haber pegado un pelotazo». Sin embargo, ellos han optado por el camino más lento, el que guardando la esencia de las cosas bien hechas, de que es una tabla para toda la vida.
Quien compra un «long board» en su página web sabe que no se va a encontrar con una madera laminada y pegatinas de última moda sino que opta por una tabla sólida creada con maderas nobles, casi un artículo de lujo. Y así lo entienden los establecimientos de todo el mundo donde Long Days se ha colado. En Madrid, en Alicante o Londres tiendas muy especializadas exponen los productos. Y han llegado a Italia de la mano de una de las tiendas de lujo más afamadas del planeta. En las estanterías Luisa Via Roma, han introducido longboards de edición limitada y colección de lujo. Uno de ellos tallados sobre madera de ébano pigmentada en oro, que lleva el nombre de Dragón, está expuesto al público por 10.000 euros. Todo un capricho para quien lo adquiera.
No es la única obra de arte que guardan como sus mejores trabajos. La primera de sus tablas tallada en madera de palo santo y con todos los dioses del viento extraídos en relieve es otra de la niñas de sus ojos. Muchas marcas han grabado sus logos en la tablas de Long Days, pero siempre bajo su supervisión. Los artesanos se aseguran de no variar el rumbo de la filosofía con la que empezaron y que les permite tener el control de su producto final.
