Los moros llegaron a Aspe majestuosos en el día grande para ellos, la Entrada Mora. Los Moros Fauquíes fueron los encargados de cerrar el desfile con sus sultanes: como infantil, Laura Sánchez y como adultos Ernesto Córcoles Escobar y María Córcoles Bernabéu. Ellos saludaron desde sus carrozas a la multitud de público que se agolpaba en sus calles

Los aspenses guardan en sus fiestas de la media luna y la cruz el espectáculo para el final. Así tras, las escuadras de los Moros Fauquíes -últimos en el desfile- que contaron con unos invitados de excepción, los Negres Betánics, llegó el boato de los sultanes. Un boato sencillo que contó con la espectacularidad del fuego y unas bailarinas que abrieron el paso de la sultana de la comparsa, que optó por un diseño de negra guerrera en negro y un espectacular tocado de plumas de gran colorido. Hizo así un guiño a sus compañeros de filas, que eligen los trajes de «negros» para desfilar.

Frente a la opción guerrera de la sultana infantil, los adultos se decidieron por unos trajes de moros clásicos, cerrando el desfile con gran majestuosidad.

Iniciaron el desfile, pasadas las 9 de la noche, los Cristianos Contrabandistas de la Sierra Negra dando paso por el bando cristiano a Cristianos Lanceros de Uchel, Cristianos Duque de Maqueda y Estudiantes. Los primeros de los moros fueron los Sulaymán, Alcaná y Alfaju.

En la tribuna aplaudieron el paso de cada una de las comparsas. Presidía el alcalde, Antonio Puerto, junto a la pregonera, Inés Botella, y las ocho damas de honor de la Corte de la Virgen de las Nieves.

Mañana infantil

La mañana de los Moros y Cristianos estuvo dedicada a los niños con su desfile. Al concluir éste, por primera vez se celebró la Embajada Infantil. Dieciséis niños participaron en la representación del parlamento entre el moro y el cristiano, interpretando distintos papeles. El presidente de la Unión de Moros y Cristianos, Francisco Vives, calificó el acto de «todo un éxito que en próximas ediciones puliremos».