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Asentamiento romano

Dos lámparas de aceite muestran la alfarería de «El Monastil» en el MARQ

La exposición itinerante «Luz de Roma» que se ha iniciado en el museo alicantino llegará a Elda en octubre

Antonio Poveda con piezas romanas encontradas en «El Monastil». Carlos Rodríguez

Tres piezas romanas del Museo Arqueológico de Elda lucen en la exposición «Luz de Roma» del Museo Arqueológico Provincial MARQ. Entre ellas, se encuentra una lámpara de forma circular dotada con unos 20 agujeros de luz. Éste es uno de los mayores tesoros extraído de las entrañas del yacimiento de «El Monastil» de la época de los césares. De esta manera, el museo alicantino sirve de escaparate de la importancia del yacimiento.

La lámpara de aceite se fabricó en los hornos cerámicos de este asentamiento histórico entre los siglos I a. c y I d.c y se encontró con el resto de las piezas de origen romano en las excavaciones realizadas en 1989 y en las de 2009-2010. Junto a la gran «lucerna» en el museo alicantino se exhibe también un candil y un molde para cocerlas. Pocas luminarias de este tamaño se han encontrado en asentamientos romanos por lo que se cree que pertenece a la decoración de una casa.

Estas tres piezas de museo de Elda comparten espacio con las halladas en las dos grandes urbes romanas de la provincia: Ilice y Lucentum. Los tres yacimientos de la época romana crean un triángulo entre sí y está documentada la relación entre ellas, sobretodo entre Illice y Elo, como se llamó en época romana «El Monastil».

El director del Museo Arqueológico, Antonio Poveda, indicó que «esta será una exposición itinerante y queremos que el primer lugar donde recale sea Elda». Así, se hará coincidir con el seminario que cada año tiene lugar en el museo y que este 2015 abordará el tema de las «lucernas» o lámparas latinas. Poveda subrayó que «de esta manera lo hacemos coincidir con el Año de la Luz de la Unesco».

Este interés por la etapa romana del yacimiento procede de las investigaciones de los hallazgos del asentamiento más importante de Elda y que lo sitúa en un punto estratégico y de gran importancia dentro del territorio de Illice. De hecho, apunta el historiador, «Elda fue la última frontera de Illice, su bastión antes de entrar en los territorios dominados por la gran urbe».

Asimismo, el director del museo concluye que « pertenecer a la administración de Illice le procuró a Elo un floreciente desarrollo». Tanto es así que en el siguiente periodo, la cristianización, el embrión de Elda es uno de los punto claves para comprender la historia de ese periodo en la provincia.

Las investigaciones y documentación de lo hallado en 2010 permitió determinar que este complejo alfarero tuvo un valor muy singular en el Valle de Elda. La alfarería romana tiene más de 2.000 años de antigüedad y habría estado activa durante unos setenta años, según las primeras estimaciones de los arqueólogos.

En Elda, el asentamiento romano era básicamente un destacamento de legionarios que protegian la zona pero que, al mismo tiempo, convivían con los indígenas, es decir, los íberos. Poco a poco los habitantes de estas tierras se fueron romanizando, adaptándose a sus normas y a su administración.

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