Las agencias de viaje de Elda han cifrado en un 10% el aumento de las ventas de vacaciones en el pasado mes de julio y la primera semana de agosto con respecto al verano pasado. Desde las agencias locales se indica que, después de años con el sector prácticamente estancado, las reservas en 2014 comenzaron a repuntar y en 2015 la subida empieza ser «interesante». Así viven estos meses, que para otros son vacacionales, cargados de trabajo y con optimismo moderado.
Los destinos son tan variables como las fechas en las que los trabajadores huyen de la ciudad. Canarias, Baleares, circuitos por Europa, el Caribe y Eurodisney son los lugares preferidos por los clientes que acuden a Halcón Viajes, que tiene un perfil de cliente sobre todo familiar.
Por otra parte, la mayoría de los eldenses que viajarán con Check in Travel lo harán a las islas, y especialmente a Mallorca. En cambio, hay quienes prefieren hacer turismo cerca de casa y para ello, Benidorm y Calp son los más demandados. Las poblaciones de la Costa Blanca siguen siendo los destinos preferidos para escapar de la rutina y luchar contra las altas temperaturas.
En cuanto a las fechas de las vacaciones son variables. Halcón Viajes registra el mayor número de turistas, sobre todo, las dos primeras semanas de mes, y «a partir del 19 ó 20 de agosto, los viajes sufren un leve descenso». Nautalia Viajes también registra el mayor número de viajeros del 10 al 20 de agosto, igual que Viajes Manarán. La segunda y tercera semana del mes de agosto es cuando la ciudad queda desierta ya que los eldenses prefieren pasar las horas de calor fuera de casa cerca de la playa o viajando.
Nada de quincenas
Los vecinos de Elda no renuncian a sus vacaciones, pero sí a la cantidad de días, sobre todo las familias con varios hijos. La crisis no desaparece de sus bolsillos y todavía sacan la calculadora para sumar y restar cuantas jornadas podrán estar en la playa sin que suponga una fuerte merma en su presupuesto. Eso sí, han pasado de escasos tres días a orillas del mar a gozar de una semana de asueto, pero sin llegar a las quincenas que en los años previos a la crisis muchas de las familias trabajadoras se podían permitir.
