El segundo día de búsqueda de la vecina de Beneixama desaparecida el lunes finalizó al caer la noche sin ningún resultado positivo. A las tareas de localización se sumaron ayer cuatro efectivos de las unidades canina y de rescate del Consorcio Provincial de Bomberos con dos perros, así como tres grupos organizados de voluntarios con dos enfermeros y otros siete canes adiestrados para seguir el rastro de personas.

Los agentes de la Guardia Civil y Policía Local continuaron peinando todo el término rural y montañoso de Beneixama y de las poblaciones limítrofes desde la siete de la mañana. Contaron para ello con la ayuda de un centenar de vecinos de la localidad, algunos de los cuales emplearon motos, ciclomotores y bicicletas de montaña. Sin embargo, dos días después sigue sin existir indicio ni pista alguna sobre el paradero de Antonia Díaz Sánchez, que tiene 61 años y el pelo castaño, es de complexión delgada, lleva gafas de vista, viste ropa de color y mide 1,60.

Los investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis respecto a la extraña desaparición de la vecina de Beneixama pero, según las fuentes consultadas en su entorno familiar, Antonia Díaz podría haberse desorientado a las nueve de la noche del lunes, momento en el que fue vista por última vez caminando por una calle del pueblo, fruto de algún trastorno mental.

También ayer fue necesario interrumpir la búsqueda a las dos de la tarde y reanudarla a las seis para evitar posibles golpes de calor ya que, en las horas centrales del día, el termómetro volvió a rondar los 40 grados como la jornada anterior. Un aspecto que, unido al paso de los días, aumenta la preocupación sobre el estado en el que podría encontrarse la mujer.