La asamblea de la Junta Central de Fiestas (JCF) de Villena se mostró contraria a que las mujeres puedan ostentar los cargos de capitán y alférez. Con los votos en contra de 41 compromisarios de las catorce comparsas, 26 a favor y 2 abstenciones se cerró la puerta a esta posibilidad.

La comparsa de Ballesteros propuso, en la junta ordinaria de la JCF, que del reglamento interno de la entidad se eliminase la palabra varón, que todavía figura en el texto que regula los cargos. Un pequeño cambio en la normativa, pero que dejaba la puerta abierta a capitanas y socias alféreces.

La cuestión no constituye uno de los grandes debates de la fiesta, pero de vez en cuando, al igual que los ojos del Guadiana, salta a la actualidad. A las comparsas con menor número de socios les resulta difícil encontrar quienes se responsabilicen de estos cargos y la posibilidad de que las mujeres puedan acceder a ellos, les da un ligero respiro. Suele partir de éstas, como ahora de los Ballesteros, el eliminar el veto para sus socias.

En este sentido, en la asamblea de compromisarios de la JCF tampoco el tema tuvo mayor repercusión y debate. El presidente del organismo, Antonio Navajas, explicó en qué consistía el cambio que sugirieron los Ballesteros y se pasó a la votación. Sólo las voces de algunas mujeres se mostraron contrariadas por el resultado obtenido, al que calificaron de «anticonstitucional».

Entrada de las mujeres

Desde que en 1988, el organismo festero abriera la puerta para que las mujeres participaran de pleno derecho en las fiestas de Moros y Cristianos, poco a poco han ido asumiendo distintos cargos. Así llegaron las primeras arcabuceras, las escuadras especiales femeninas y enseguida formaron parte de las directivas. Poco después salió elegida la primera presidenta, Conchi García. Fue de la comparsa de Moros Realistas, una de las más tradicionales en los Moros y Cristianos.

Las comparsas asumieron la presencia de sus socias en distintos puestos con naturalidad, después de años de lucha por hacerse un hueco en los festejos patronales. El único escalafón que les queda por asumir a las festeras es el de presidenta de la Junta Central de Fiestas. De hecho, ya ha habido algún intento para serlo.

Pero en el diseño de las fiestas patronales, los cargos festeros tienen muy definidos sus roles. Los hombres asumen los cargos de capitán -la máxima autoridad dentro de la comparsa- y alférez -quien porta la bandera- mientras que las mujeres son madrinas y Regidora, figura ésta última de la que se encarga el Ayuntamiento.

Capitanas

Hace quince años en la comparsa de Estudiantes, dos mujeres pidieron en firme ostentar estos dos cargos. Después de críticas y debates, quedo en una anécdota.

Una de ellas, ahora directiva de la comparsa de Estudiantes, se mostró indignada en la asamblea en la que estaba de compromisaria porque una vez más se dijera que no a esta posibilidad. Por cierto, los de blanco y negro, que tardaron varios años en dar el visto bueno a la entrada a las mujeres en la fiesta después de que la Junta Central levantara el veto, dieron un rotundo sí a que las mujeres sean capitanas y alféreces.

Madrinas

En el mundo festero, el temor a que la mujer sea capitán o alférez radica en la posibilidad de perder el cargo de madrina. El planteamiento de que los cargos festeros masculinos pasen a manos de mujeres arrastra la cuestión de qué se hace con las madrinas. ¿Podría un hombre presentarse a este cargo?, es la pregunta que se hacen algunos. Toda una revolución en los Moros y Cristianos de Villena.

Sin embargo, son muchas las poblaciones cercanas donde las mujeres son capitanas. Pero, en gran parte de ellos desaparecieron las damas y reinas.

En Villena, el cargo de capitán y alférez forma parte del ADN de los Moros y Cristianos. Su presencia se pierde en el tiempo, al igual que inicio de estos festejos en la localidad. Sin embargo, la aparición de las madrinas en las fiestas locales se remonta a los años cincuenta. Ellas conforman también la corte de honor de la Regidora.