La niña de Monforte del Cid que padece una discapacidad mental severa podrá tomar finalmente la primera comunión en la parroquia de su pueblo y con los niños de su edad. Así lo aseguraron ayer a este diario fuentes del Obispado de Orihuela-Alicante puntualizando, al respecto de la polémica surgida en torno a este asunto, que nunca antes se había dicho lo contrario ni se le había negado tal posibilidad a la menor. Ni por parte del cura párroco Damián Luis Abad ni por parte de la propia Diócesis.

"Todo ha sido un malentendido porque nadie está en contra de que la pequeña pueda comulgar y, a partir de ahora, lo que tendrán que hacer los padres y el cura es hablar entre ellos y acordar el mejor momento para que la niña pueda recibir el sacramento de la eucaristía", ha manifestado el sacerdote responsable de comunicación del Obispado, Eloy Martín, para quien "este tema está ya totalmente zanjado, quedando la postura de la Iglesia perfectamente clarificada en el comunicado de prensa que se remitió a los medios de comunicación social el pasado viernes".

Sin embargo los padres no piensan dar por zanjado un asunto que no ven nada claro. Tanto Mari Carmen Pomares como su marido José María Rodríguez desconfían de las palabras de la Diócesis y van a seguir adelante con la campaña "Ayúdame a tomar la primera comunión". Una iniciativa liderada por la amiga de la familia Verónica Más que ha logrado movilizar a la práctica totalidad de los vecinos de Monforte, extendiéndose e incrementándose con fuerza también las adhesiones en Elda, Aspe, Salinas, Monóvar y Alicante.

Tras conocer el cambio de postura del Obispado los padres señalaron ayer, al igual que lo hizo la portavoz de la plataforma, que van a mantener la recogida de firmas de apoyo mientras no reciban un compromiso por escrito del párroco o del obispo de que su hija va a poder comulgar en Monforte del Cid, en el año 2015 que es cuando le corresponde, y con el resto de niños de su edad.

"Con nosotros no se ha puesto nadie de la Iglesia en contacto hasta el momento, las palabras se las puede llevar el viento y en dos años se pueden olvidar muchos compromisos. Así que lo único que quiero es que me garanticen que van a cumplir lo que dicen. Nada más que eso", puntualiza Mari Carmen Pomares para quien "el cura tiene mucha prisa en que todo este asunto se olvide, pero a mí lo que me quedan son muchas dudas respecto a este giro tan extraño del no al sí después de todo el revuelo que se ha formado".

La madre cree que la postura oficial expresada por la Diócesis en su comunicado de prensa, escrito que por cierto el párroco repartió entre sus feligreses tras la misa del pasado domingo, esconde en realidad dos "trampas". La primera tiene que ver con la frase donde se dice que "el sacerdote se ofreció a seguir la evolución de la niña, para ayudarla a cumplir las condiciones mínimas que la Iglesia pide para acceder al sacramento". Esto es, que la menor pueda comprender el sentido real de la comunión, cosa que no está capacitada mentalmente para lograr. Y la otra "trampa" a la que alude Mari Carmen es "el interés del párroco para que haya una preparación adecuada de la menor". Una preparación catequista que no tiene sentido aplicar en una niña de siete años que padece una discapacidad mental del 65% y sufre continuas crisis diarias.

Un revuelo mediático sin precedentes

La tranquila vida de Monforte se ha visto completamente alterada desde que el pasado viernes el diario INFORMACIÓN adelantó la noticia de que la localidad se había movilizado, tras la negativa del cura a permitir que una niña discapacitada pudiera tomar la primera comunión al no poder entender el sentido real de este sacramento. Desde entonces decenas de medios de comunicación de ámbito local, comarcal, provincial y nacional -muchos de ellos digitales- así como foros de internet y redes sociales se han hecho eco de este caso e, incluso, varias cadenas de televisión han realizado "directos" desde el hogar de la familia en Monforte del Cid.