Un mapa de los barrios más vulnerables de Elche de cara al posible impacto de un terremoto por la edad de los edificios y su altura. Eso es lo que concretará el estudio que ha comenzado a realizar la Universidad de Alicante (UA) de forma pionera en la ciudad para elaborar un plan de riesgo sísmico. Los investigadores pondrán el foco en más de 18.000 inmuebles del término municipal ilicitano por su mayor amenaza ante un posible temblor de tierra.

Y es que, de los más de 28.400 edificios que se extienden por el parque inmobiliario de la ciudad, casi el 70% fueron construidos antes de los años noventa, cuando no era obligatoria una regulación para edificaciones sismorresistentes. De ahí que, debido a su mayor riesgo a sufrir daños, los investigadores darán prioridad a este tipo de inmuebles para planificar las actuaciones de emergencia y de prevención, disponer los recursos humanos, así como concienciar a la población sobre cómo reaccionar ante un temblor.

La primera normativa que sentó las bases para edificaciones sismorresistentes es de 1994, se mejoró en 2002 y todo apunta a que en 2018 se actualizará de nuevo, por lo que todas las construcciones de obra nueva, tras revisarse los valores del mapa de peligrosidad sísmica, deberán ser más exigentes en esta cuestión.

De cualquier manera, a través de un muestreo, el análisis se extenderá a toda el área urbana para, a partir de ahí, conocer con exactitud cuáles son las zonas más amenazadas y cuáles revisten menor peligrosidad, con la vista puesta en desarrollar un Plan de Actuación Municipal frente al riesgo sísmico, tal y como detalló el coordinador del proyecto, Sergio Molina. Se trata de contar con un mapa de escenarios con más vulnerabilidad que, además, podrá ser utilizado para la elaboración del planeamiento urbanístico y territorial de ámbito municipal, la ordenanza que regule la inspección técnica de edificios o cualquier otro documento municipal, según el edil de Urbanismo, José Manuel Sánchez.

El Ayuntamiento y la Universidad de Alicante suscribieron ayer el convenio para impulsar la investigación, con 19.000 euros de ayuda municipal. El estudio también se realizará en el municipio almeriense de Adra, debido a la peculiaridad que tienen las dos localidades, porque el cono sur de la provincia y el sur de Andalucía son las dos zonas de mayor riesgo sísmico de España. Elche, en concreto, está bajo el influjo de la falla del Bajo Segura y también de la de Crevillent.

Por el momento, las primeras investigaciones realizadas a lo largo del año pasado respecto al comportamiento del suelo en el casco urbano ilicitano han arrojado ya los primeros resultados. La ciudad se asienta sobre una importante capa de sedimentos, lo que, según Sergio Molina, hace que los movimientos sísmicos se amplifiquen y se puedan notar más entre la población.

Algo que era de esperar, por la proximidad de las fallas, tal y como señaló Sergio Molina. Y es que la geología puede hacer que un terremoto se amplifique o no. Sin embargo, los investigadores incidieron en la necesidad de huir del alarmismo, y centrar la atención en la importancia de contar con un escenario de daños. Tener información de antemano para prepararse ante un movimiento de tierra, que ,al fin y al cabo, no se puede evitar.

Repercusión

Lo novedoso, al margen de la metodología de este proyecto, es que los resultados de este estudio pueden tener un aplicabilidad inmediata en los planes de riesgo sísmico que pueden llevar acabo los municipios, según la vicerrectora de la UA, Amparo Navarro, quien apuntó a que, «con este proyecto, la ciudad de Elche se convierte en pionera de un proyecto de estas características, que estoy segura de que servirá de ejemplo para otras ciudades».

El proyecto de investigación tendrá una duración de tres años en Elche y culminará en el año 2020. No obstante, el objetivo de los investigadores es que el próximo año se pueda contar con parte de los resultados.